El vicepresidente y su derecho de reunión
Pocas horas después de que los representantes del Partido Popular en la Mesa del Congreso rechazasen la pregunta dirigida por el PSOE a Álvarez Cascos sobre su reunión, en diciembre de 1994, con el abogado del ex comisario José Amedo, el vicepresidente primero acabó contestando en los pasillos de la Cámara. Primero aseguró que no tiene "nada que ocultar" y, aunque no reafirmó expresamente si acudió al despacho del director de El Mundo para entrevistarse allí con el abogado de Amedo, dijo: "el derecho de reunión es uno de los derechos constitucionales y, por lo tanto, someter a restricciones dicho derecho sobre la base de supuestas preocupaciones políticas de algunos para tratar de enmascarar otro tipo de situaciones no me parece razonable".
Sobre la posibilidad de que el Gobierno haya presionado al presidente del Congreso, Federico Trillo, para que no admitiese la pregunta socialista, Álvarez Cascos utilizó un tono contundente: "La verdad es que me da vergüenza que alguien con experiencia de Gobierno y que a lo mejor tiene algo que reprocharse a sí mismo de otras legislaturas intente lanzar este tipo de sospechas, que son insidias".
El recurso presentado por los socialistas contra el rechazo a su pregunta quedó desestimado ayer en la Mesa del Congreso debido al empate, a cuatro votos, entre los ocho asistentes. El representante del PNV, Xose Joan González de Txabarri, estuvo ausente por quinta vez consecutiva. Más tarde, dio a esa ausencia una "explicación política". y señaló que la actitud de Trillo al permitir la dura respuesta de José Barrionuevo a unas críticas que él le realizó fueron "la gota que colmó el vaso".
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