Telefónica culmina la alianza con WorldCom y MCI tras dos años de incertidumbres y cambios
El presidente de Telefónica, Juan Villalonga, tiene previsto culminar hoy su particular recorrido por el mundo de las alianzas internacionales. En un céntrico hotel de Washington (Estados Unidos), el presidente de la primera compañía española por beneficios (190.000 millones de pesetas) anunciará un acuerdo estratégico con las empresas estadounidenses WorldCom y MCI, inmersas en un futuro de fusión entre ellas. En la presentación ante la prensa, Villalonga se rodeará de sus dos nuevos amigos, Bernard Ebbers, presidente de WorldCom, y Bert Roberts, máximo responsable de MCI.
Para llegar hasta ahí, Villalonga ha tenido que dar un vuelco a la estrategia diseñada en Telefónica desde mucho antes de su llegada a la presidencia de la empresa. A finales de 1994 el equipo del ex presidente de la compañía, Cándido Velázquez, optó por la alianza con el grupo europeo Unisource (KPN de Holanda, Telia de Suecia y Swiss Telecom de Suiza) frente a la alternativa que ofrecía British Telecom (BT). Los predecesores de Villalonga pensaron que con Unisource les sería más fácil mantener el control de las inversiones que la compañía española había realizado en América Latina y aunar esfuerzos para entrar en los mercados europeos. Las negociaciones Unisource-AT&T abrirían las puertas del mercado estadounidense a Telefónica, sin tener que enfrentarse sola a la ambición norteamericana.Cuando Villalonga tomó el mando, giró bruscamente el timón. Rompió con Unisource y se alió con BT, con la que había estado negociando a espaldas de sus. socios europeos. De paso, dejó plantada a AT&T, dispuesta a lo que fuera para evitar que BT y Telefónica hicieran frente común en América Latina. El viraje le ha costado a Telefónica 14.500 millones de pesetas en concepto de indemnizaciones a Unisource por haber roto los acuerdos.
La alianza con BT abría nuevos horizontes en Europa y facilitaba la entrada de Telefónica en EE UU a través de MCI, en proceso de fusión con la compañía británica. Sin embargo, las félices perspectivas de la alianza Telefónica-BT-MCI, firmada el 18 de abril de 1997, se vinieron al traste con la oferta de WorldCom por la totalidad de MCI.
Villalonga había roto una familia para meterse en casa de una pareja divorciada. En los últimos seis meses, el presidente de la compañía española ha recorrido infinidad de veces la ruta Washington (sede de MCI-Madrid-Londres (sede de BT) para salvar los acuerdos firmados hace un año.
Cuando BT, para la que EE UU sigue siendo una prioridad, optó por recomponer su alianza con alguna otra compañía de acento anglosajón, Villalonga se volcó en MCI-WorldCom. BT no ha querido hacer daño y renunció a presentarse a la tercera licencia de telefonía fija en España cuando tenía lista la candidatura.
Hoy, Telefónica culmina un periplo por las alianzas internacionales que le abre de nuevo las puertas del mercado estadounidense de habla hispana (más de 27 millones de personas), un objetivo largamente codiciado, con dos buenos aliados para ello. MCI, es la segunda compañía estadounidense de comunicaciones de larga distancia y controla cerca de un 40% del tráfico en Internet de EE UU.
WorldCom es una compañía de crecimiento meteórico gracias, sobre todo, a su apuesta por Internet. Sin embargo, ambas tienen una vocación claramente doméstica y si persiguen alianzas con extranjeros es para asegurarse que transportarán más tráfico internacional, lo que probablemente hará que se interesen por Telefónica Internacional.
Apoyo financiero
Telefónica, con una cultura empresarial muy distinta a la de sus nuevos aliados, necesita apoyo financiero para afrontar las privatizaciones en Brasil. Para entrar en Europa será importante el apoyo de WorldCom, aunque hasta ahora se ha volcado en mercados de nicho, constituidos por grandes grupos empresariales, a los que satisface sus necesidades de comunicación en las grandes ciudades.Los acuerdos, con intercambio de consejeros incluidos, se anuncian cuando otras alianzas están en entredicho (France Télécom con Deutsche Telekom, AT&T con Telecom Italia ... ) y cuando aún la anunciada fusión WorldCom-MCI no ha sido aprobada por sus accionistas, ni por el las autoridades de EE UU, ni por la Comisión Europea.
Con todo, Villalonga cumple su promesa sobre el cierre de una alianza antes de que se celebre la junta general de accionistas del día 17. Será movida. El presidente propondrá una ampliación de capital y una remodelación de la estructura organizativa que puede dar paso a una nueva de crisis de directivos.
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