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Israel retiene a 21 libaneses inocentes para usar como moneda de cambio

El Tribunal Supremo de Israel ha dictaminado que el Estado ha actuado justificadamente al mantener en la cárcel a un grupo de ciudadanos libaneses -algunos de ellos desde hace varios años- ante la posibilidad de poder utilizarlos como "moneda de cambio" en un intercambio de prisioneros, según documentos hechos públicos el pasado miércoles. La resolución supone la primera confirmación oficial de que estos libaneses -21, de acuerdo con sus abogados- son retenidos únicamente como rehenes.

La existencia de este grupo había sido denunciada en algunas ocasiones, tanto por los periódicos israelíes como por organizaciones defensoras de los derechos humanos, pero la razón que justificaba su cautiverio había sido siempre mantenida en secreto.La resolución del Tribunal Supremo, elaborada por el juez principal, Aarón Barak, fue emitida en noviembre pasado pero no se conoció públicamente hasta el miércoles, gracias a las repetidas apelaciones del abogado de los libaneses, el israelí Zvi Rish.

El tribunal reconoce que los detenidos libaneses -muchos de los cuales pertenecen a Hezbolá, el movimiento islámico que lucha contra Israel para expulsarle de su autoproclamada zona'de seguridad en el sur de Líbano- no representan ninguna amenaza para la seguridad y que no son culpables de ningún delito. Cada rehén, escribe el juez Barak, es "una moneda de cambio", esto es, alguien "capturado para lograr un propósito y no un objetivo en sí mismo".

"Estoy convencido de que las detenciones de individuos llevadas a cabo con el objetivo de liberar a nuestros hombres desaparecidos y capturados tienen un interés vital para el Estado", escribió el juez Barak. "No se puede negar que Israel está en estado de emergencia debido a las amenazas que se ciernen sobre su existencia y sus ciudadanos, tanto desde el interior como desde el extranjero". El juez Barak añade: "En situaciones como éstas el perjuicio a los derechos humanos básicos es obligatorio. A veces, incluso un perjuicio grave y doloroso."

De los tres jueces del tribunal, dos votaron a favor y uno en contra, y el juez Barak accedió al requerimiento de Rish para revisar el asunto en un tribunal compuesto por nueve jueces. El abogado Rish subrayó que al menos ahora, tanto él como otros israelíes pueden hablar abiertamente sobre la existencia de rehenes.

A pesar de que el tribunal no hizo referencia a casos específicos en que los libaneses podrían haber sido utilizados, su captura inicial estaba ligada a los esfuerzos israelíes para liberar al capitán Ron Arad, un piloto de la Fuerza Aérea israelí que fue derribado sobre Líbano el 16 de octubre de 1996. El capitán Arad fue originalmente retenido por la milicia Amal en Líbano, pero las negociaciones sobre su liberación fracasaron y fue entregado a un grupo apoyado por Irán. No se ha vuelto a saber de él.

Después, según Rish, Israel y sus aliados del Sur de Líbano capturaron a varios libaneses de edades comprendidas entre los 20 y 30 años. Diez de ellos fueron procesados en 1986 y 1987 por pertenencia a organizaciones hostiles y condenados a penas de prisión. Cuando éstas expiraron, se les colocó en situación de detención administrativa. Las capturas más importantes se produjeron más tarde. En 1989, comandos israelíes secuestraron a un clérigo de Hezbolá, jeque Abdel Karom Obeid, y en 1984 capturaron a Mustafá Dirani, el líder de Amal, grupo que había hecho prisionero al capitán Arad. La captura de estos dos hombres ocasionó una considerable publicidad. El jeque Obeid y Dirani aparecieron en las televisiones israelí y norteamericana pidiendo la liberación de Arad.

Según Rish, la ley israelí permite la detención administrativa sólo si los detenidos suponen una amenaza para la seguridad de Israel. "Al no haber pruebas... el único propósito es tener rehenes, lo cual es ilegal e inmoral".

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