_
_
_
_

Los discos compactos 'a la carta' se abren camino

La industria se enfrenta a cambios sustanciales ante nuevas modalidades de venta

Hace exactamente 15 años que se lanzó a la venta en Europa el disco compacto. Desde entonces este soporte ha logrado arrasar con el disco de vinilo, convirtiéndolo hoy en un fetiche para coleccionistas. Hoy el compacto reina, pero posiblemente no lo hará durante más allá de dos décadas en adelante. Están surgiendo a gran rapidez otras modalidades de venta de discos, por Internet, por cable y otros sistemas. Las grandes discográficas ven con cierta inquietud las nuevas formas de venta. En el vasto mundo sin fronteras de Internet, grabar música ya es una práctica difundida. En España están empezando a surgir iniciativas que prometen nuevas perspectivas de venta que beneficiarán a los que hasta ahora eran los más débiles.

Las nuevas tecnologías ofrecen hoy varias posibilidades de hacerse con una discoteca a la medida de cada usuario. En España están empezando a surgir empresas que se dedican a ofrecer, vía Internet, la posibilidad de grabar en casa las canciones que uno quiera. Un mercado incipiente pero que, con un millón de usuarios de Internet en España, promete convertirse pronto en una referencia de interés. Una de estas empresas es Beat To Bit, de Girona. Se trata de un servicio que está empezando a implementarse y que ofrece la posibilidad de escuchar y cargar canciones en el disco duro, con calidad dolby digital, por medio de cualquier equipo multimedia convencional. Esto es posible gracias a un software, el Liquid Audio, que promete convertirse en el estándar para la comercialización de música por Internet. "Empezaremos en marzo con varios grupos españoles y franceses, pero ya tenemos muchas ofertas de discográficas independientes que quieren sumarse al proyecto", afirma Joan Artigas. "Nuestra idea es dar cabida a todo tipo de música, pero en especial al flamenco y cosas que tienen difícil distribución".

Las canciones comprimidas llegan a ocupar unos cinco o seis megabytes cada una, e incluyen la portada del disco, las letras y demás información sobre la grabación. El precio será de un dólar (unas 150 pesetas) por canción, "que es lo que se paga en otros sitios similares en Internet", dice Artigas.

Derechos de autor

Una de las cosas importantes de este sistema es que respeta los derechos de autor. "Los derechos de autor de cada tema se pagan a las sociedades de autor correspondientes. El software que usamos incluye un sistema de encriptación que no permite una segunda copia de la canción. Hay que ser un verdadero as de la informática para violarlo", comenta Artigas.

Otro sistema, el Modem, que la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) pondrá en marcha en breve, también usa Internet como medio, pero para grabar las canciones es necesaria una línea telefónica RDSI. "El nuestro no necesita el RDSI, basta un modem sencillo, de 14.400 baudios, que es más lento pero obtiene el mismo resulta do", apunta Artigas.

Para los que no estén familia rizados con el ordenador y quieran tener también sus discos personalizados, hay otra modalidad, de reciente aparición. Desde hace dos meses y a través de los mil terminales de Servicaixa en todo el territorio español, cualquier persona puede elegir en CD a la carta sus 10 canciones preferidas, entre unas 600, y ordenar un disco compacto que le será entregado en casa a las 72 horas. Rafael Moll, al frente de este proyecto, considera que con ello se abren nuevas posibilidades de distribución y consumo. "Cada canción es una obra individual", dice, "y este sistema permite a es coger y reunir en un disco las que a uno le apetezca, incluir una dedicatoria o simplemente su nombre y dirección. Nosotros recogemos los pedidos dos veces al día, los grabamos, imprimimos y distribuimos".

El coste total de estos discos es de 3.000 pesetas y no hace falta ser cliente de La Caixa para usarlo, cualquier tarjeta de crédito es válida. Moll, con amplia experiencia como productor disco gráfico (El Ultimo de la Fila, Serrat, Paco de Lucía con Al Di Meola y John McLaughlin, etcétera), piensa que ha llegado la hora de diversificar y revitalizar el mercado. "La industria va muy lenta y en España da la sensación de estar desgastada. Cuesta mucho esfuerzo y dinero lanzar y promocionar un nuevo artista", afirma Moll. "Nuestro catálogo es muy diverso, algo tendencioso, en el sentido de que prevalece un gusto determinado. Hay canciones de amor, música de los años sesenta, de baile, clásicos latinos, pop-rock, copla y flamenco, además de artistas de la discográfica Nuevos Medios. También hay artistas nuevos y algunos inéditos. Esta es una forma de promoción en la que el que sale ganando es el artista".

"Con este sistema, disponible las 24 horas del día y en cualquier esquina, obtienes lo que quieres. Ahora estamos recibiendo un promedio de 250 pedidos mensuales. Poco a poco iremos ampliando el catálogo", dice.

Para Rafael Moll este sistema permite combinar los avances tecnológicos con la actividad artesanal. "Normalmente el artista o el productor nunca se entera de quién compra su álbum. Estos discos se hacen uno a uno y hasta se puede deducir la psicología del cliente por la selección que hace.

Por otro lado, cuando haces un disco, estás creando. El cliente refleja su mundo en la selección que hace". De momento las portadas de los discos son bastante neutras, pero prometen incluir la posibilidad de escoger entre distintas imágenes más adelante.

Moll piensa que este sistema puede convivir perfectamente con los discos a la carta cargados por Internet. "El problema de momento en Internet es que, por más que se comprima la canción, una buena discoteca ocupa mucho espacio en el disco duro. Yo veo más viable a medio plazo la distribución por cable que, mediante una aplicación, permita grabarlo en el equipo de música. Pero a la larga convivirán todas estas formas de venta. La idea básica es vender canciones. Creo que en el futuro la música generará mucho más dinero por derechos de autor, que por la venta de discos como se hace ahora".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_