El cupón de la ONCE que le tocó a un muerto ha sido cobrado por desconocidos

El cupón de la ONCE premiado con cinco millones de pesetas y que fue adquirido, días antes de fallecer, por un hombre de Pobra do Caramiñal (A Coruña) ha sido cobrado por personas desconocidas, según informó ayer la propia Organización Nacional de Ciegos a los familiares del difunto, que ahora quieren seguir por vía judicial las pesquisas para identificar al perceptor. Queda descartado, por tanto, que el cupón fuera enterrado con el cadáver, como se aventuró inicialmente, y por lo que se llegó a plantear la exhumación del cuerpo.

La ONCE confirmó ayer, al límite del plazo habilitado al efecto, que efectivamente habían sido cobrados los 39 cupones premiados con cinco millones de pesetas en el sorteo celebrado el pasado 26 de enero. Entre ellos se encuentran los cinco de la misma tira que fue vendida en el bar A Chispa, de Pobra do Caramiñal, cuyo responsable ha identificado sin dudar a cuatro de los cinco compradores, incluido Juan Villasante, que falleció horas antes del sorteo.Una vez enterrado, sus familiares conocieron la fortuna del difunto, pero no encontraron el cupón premiado, por lo que llegaron a pensar que había sido sepultado con el cadáver. Ahora queda claro que el cupón fue sustraído de las ropas de Juan Villasante.

El anciano, soltero de 76 años, sufrió un infarto en la calle a primera hora del mismo lunes 26 de enero. Fue atendido en la clínica local de la Seguridad Social, donde falleció, y fue luego amortajado por los empleados de la empresa Pompas Fúnebres del Noroeste, que entregaron las pertenencias del muerto a sus familiares, sin que el cupón estuviera entre ellas.

El cupón pudo ser cobrado antes de que se difundiera la noticia sobre su desaparición, ya que esto no ocurrió hasta la semana siguiente de los hechos, según recordaba ayer el abogado de la familia, Manuel Quintans. O pudo cobrarse después, por personas interpuestas. Tampoco se descarta que el cupón premiado, como ha ocurrido otras veces en la zona, fuera comprado antes o después por alguna organización para blanquear dinero del narcotráfico.

Manuel Quintans confía, con todo, en que pueda llegarse por vía judicial a identificar al perceptor del premio. Ahora no conocen el número del cupón premiado, "pero no será difícil establecerlo, ya que pertenece a la misma tira de cinco de los que sabemos la identidad de tres de los afortunados, además del fallecido". El paso siguiente, según el letrado, será conocer, a través de la ONCE, el banco que hizo efectivo el premio del cupón sustraído y, en fin, a quién fueron entregados los cinco millones. "Es posible que quien lo cobrara haya facilitado una identidad falsa, pero también existen medios para conocer la verdadera apostilla el abogado.

Los beneficiarios legítimos del premio serían Jaime Villasante, sobrino del fallecido, y su esposa María Antonia Alonso. El, albañil, cobra una pensión de 36.000 pesetas por invalidez y ella trabaja limpiando media docena de casas a 400 o 500 pesetas la hora. Con ellos vive un hijo en edad escolar y la mayor de sus dos hijas, separada y con un hijo.