No necesito salvador
Lo terrible en las declaraciones de Anson es la paradoja ante la que nos coloca: o bien el hecho de que unos periodistas se reúnan y pacten para criticar a alguien (¿¡diciendo cosas ciertas que de otro modo no contarían!?) es un acto políticamente irrelevante y, por tanto, irreprochable; o bien, si es relevante, si unos cuantos periodistas tienen en su mano el voto de un número determinante de ciudadanos, quiere decirse que no vivimos en una democracia ni de mínimos, que somos tontos y que todo el mundo que tiene algo de poder en este país -menos, claro, nosotros mismos, tan ignorantes- lo sabe.Y si de esto nos enteramos porque hay desacuerdos entre los deseos políticos de los periodistas, ¿qué pasará con sus consensos? No sé si algún día conseguiré llegar a entender este jaleo..., aunque voy bien, de momento creo que ya sé por qué el fútbol es de interés tan general- .
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