_
_
_
_
_
FÚTBOL 26ª JORNADA DE LIGA

El suplente Benítez acaba con el Betis

El equipo de Aragonés llevaba casi cuatro meses sin perder en su estadio

Cuando Mejuto González señaló un riguroso penalti de Pocchetino sobre Oli que significó el empate bético y la expulsión del defensa argentino del Espanyol a 5 minutos del descanso, el partido parecía sentenciado. Con un hombre menos, con ese gol psicológico en vísperas del entreacto, nadie imaginaba que el equipo de Camacho le iba a dar al Betis de Aragonés la más severa lección de fútbol de toda la temporada.El portero menos goleado de la categoría, Toni, se había quedado con la defensa menos guarnecida: lesionado Nando en los primeros minutos del partido, la expulsión de Pocchetino acentuaba esa indefensión de una defensa muy bien puesta por el técnico murciano. Se hicieron añicos las estadísticas. El Betis, que no perdía en casa desde el día de los Difuntos, no podía conseguir su sexta victoria consecutiva en su estadio. Y perdía ante un equipo que no ganaba un partido desde las vísperas de Reyes tras seis intentos fallidos en otros tantos encuentros.

Más información
El miércoles, la deuda del Valladolid
Toni refuerza la banda izquierda
Atlético y Zaragoza buscan revancha en el Calderón

El partido empezó más o menos como terminó. Con el director de orquesta, Alexis, desafinando desde el atril. Con Jarni huérfano de cómplices: cuando no recibía un melón del capitán bético, le llegaba una sandía de Solozábal. El Betis se adentraba en un escenario de confusión, en un embotellamiento virtual donde conseguía el no va más de un atasco sin tráfico.

Un suplente de suplentes, el paraguayo Miguel Angel Benítez, que a punto estuvo de fichar por el Sevilla para compensar su ostracismo en el banquillo españolista y llegar con partidos al Mundial, rompió a la defensa y al portero Toni Prats, que hace unas semanas era propuesto para la tema de Clemente y ahora se encuentra con una sonora contestación en la grada.

El Betis no ofrecía resistencia y carecía de argumentos defensivos. Alfonso daba más vueltas al terreno que Buster Keaton en Golfus de Roma. Está bien que pelee, que corra, pero no lo ficharon para que hiciera de Rafa Paz. Finidi intentaba una y otra vez aprovechar las asistencias de Márquez, pero sin profundidad. Más de media hora tardó el Betis en crear una situación de peligro. Circunstancia que no volvió a repetirse en todo el partido. El Espanyol jugó toda la segunda parte con un futbolista menos, pero al Betis le debió fallar la contabilidad. Cuando Luis preparaba los cambios, Camacho le cambió el partido. Benítez aprovechó un balón en tierra de nadie y superó a toda la defensa para batir a Prats. El paraguayo pudo conseguir el consabido hat trick pero se cayó cuando estaba solo ante Prats. Se resarció en la siguiente jugada dándole a Arteaga el tercer gol. Al equipo de Aragonés le empiezan a pesar las batallas parciales, los 11 goles que le ha hecho el Zaragoza y los 8 del Espanyol.

Al Betis no se le vio en ningún momento capacidad de reacción ni de recuperación anímica. No hubo centro del campo en todo el partido, no hubo comunicación entre líneas. Y Camacho reeditó esa fatiga racial de los once camachitos que le funcionó en Vallecas y no conocieron en el Sevilla.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_