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Traidor y a la vez mentiroso

Los periodistas citados por Ansón se revuelven

Luis María Ansón se convirtió ayer en víctima de las armas empleadas por sus antiguos compañeros de "acoso y derribo" del Gobierno socialista. Sus revelaciones de la "operación" para derrocar a Felipe González recibieron una catarata de descalificaciones e incluso de insultos. En intervenciones radiofónicas en la cadena COPE y en artículos publicados en El Mundo, el ex director de Abc fue tildado de traidor y la vez de mentiroso. Fue acusado de trastorno mental y, simultáneamente, de actuar movido por el rencor de no haber obtenido mejor tajada de la llegada del PP al poder. Ansón no quiso plantar batalla en ese terreno. Al contrario, defendió "la profesionalidad e independencia" de los periodistas Pedro J. Ramírez, Federico Jiménez Losantos, Pablo Sebastián y demás contertulios de la COPE, y halló natural que éstos practiquen, a su modo, la discrepancia.

Federico Jiménez Losantos se refería ayer a él como "el impenitente conspirador repumonárquico o monarpublicano" en un artículo en El Mundo titulado Luis María Verstrynge. Losantos escribió: "Según los egiptólogos del Bajo Felipismo, Ansón, después de fraguar el Pacto de la Hacademia ( ... ) tuvo ese acceso de cainismo suicida típico de la derecha antigua y que ha dado en el extranjero casos como el de los espías británicos pasados al KGB y en España traiciones sonadísimas, desde Vellido Dolfos hasta Jorge Verstrynge, sin olvidar a la derecha polanquizada delos Herrero, Tusell y compañía".

Pablo Sebastián, bajo el título Ansón apunta alto y dispara por bajo, escribía en El Mundo que "lo cierto es que Ansón ha asestado un duro golpe, bajo y calumnioso, a los periodistas independientes para disparar alto y con despecho al Gobierno de Aznar ( ... ). Parece como si, una vez forzada su salida de Abc y fallidas sus operaciones en Televisa, Vía Digital y Cadena Ibérica, Ansón quisiera dictar al Gobierno lo que hay que hacer ( ... )". Desde su perspectiva, "no caben demasiadas interpretaciones sobre los objetivos de las visionarias declaraciones que Luis María Ansón regaló, con toda intención, a la tropa del crimen de Estado y la corrupción felipista".

José Luis Gutiérrez escribe en El Mundo: "Las cosas que relata en la citada entrevista, por lo que a mí respecta, sólo han existido en su imaginación. Por no hablar de la disparatada conspiración republicana. Nada más que añadir". Y agrega en primera persona: "El caso es que, a causa de las increíbles declaraciones que reproduce la revista Tiempo atribuidas a Luis María Ansón, he sido sometido a un proceso de malintencionado linchamiento icónico ( ... ) que tiene todas las trazas de las campañas fascistas ideadas por el ministro de Propaganda Goebbels ( ... )". En la COPE, Gutiérrez relató: "Cuando leí la información de EL PAÍS pensé que quizá había alguna tonalidad de exageración o de mala intención. Lo pensé en ese momento, pero luego realmente he dicho 'unos benditos, unos ángeles', porque una vez leídas las declaraciones de Luis María en su alojamiento habitual rebasaban con mucho aquella pequeña reseña de EL PAIS. Yo en esto lo único que puedo decir es que o Luis María ha tenido un trastorno mental transitorio o, en fin, tendrá causas ocultas para haber hecho esto".

Jesús Cacho, también en El Mundo, opinó que "una de las consecuencias que se derivan de las declaraciones de Luis María Ansón a la revista Tiempo es que obligó a toda una serie de periodistas que se han batido el cobre contra la corrupción y el crimen de Estado a disculparse y tratar de explicar lo que hicieron y no hicieron, oiga, mire usted, que yo no hice nada malo, todos yendo a consultar sus notas a ver si allí se habló de matar a Felipe González o no, todos a la defensiva, pidiendo perdón, mientras los golfos que respaldan a los GAL siguen campando por sus respetos en una infernal inversión de los términos".

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