Luz, sonido y movimiento

El desarrollo del concepto y la puesta en escena de Alegría, como el resto de los montajes de esta compañía duró un año. Durante esos meses, los contorsionistas, pasayos, el hombre forzudo, el maestro de ceremonias y el resto de sus compañeros trabajaron a fondo hasta perfeccionar sus respectivos números. Una vez en la carretera, cada uno pule su actuación de forma que el espectáculo completo denota una perfecta sincronía de movimientos, luz y sonido.El trabajo es constante y la vida circense, admite el actor Rénald Laurin, "es escasamente romántica". "Hay que ser muy dedicado y apasionado. Hay que estar dispuesto a sacrificarlo todo por el espectáculo. Sólo tienes un día libre a la semana y tu vida gira en torno al show", advierte el veterano de la compañía.

Para engrasar esta máquina, el Cirque du Soleil no deja de reclutar candidatos en sus giras. De hecho, durante su paso por Barcelona, organizará sesiones de audición. "Necesitamos actores españoles de repertorio, acróbatas, cantantes y bailarines", afirma Andree Deissendeig, responsable de comunicación.

En la escuela de Montreal, cada candidato sigue un curso riguroso en todas las disciplinas artísticas: desde teatro, baile y acrobacia, hasta música y contorsionismo.

"La versatilidad de los artistas es el objetivo de la formación. Es necesaria porque cada persona desarrollará más de una función dentro de un espectáculo y, además, a los artistas les resulta interesante trabajar en diversos campos", explica Andree.