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LA NUEVA SEDE DE LA PRESIDENCIA REGIONAL

Ruiz-Gallardón pone despacho a los mandatarios autonómicos

La remozada presidencia regional, cuyo interior se oculta con celo hasta la inauguración real, no tendrá cuarto de huéspedes, pero sí un despacho a disposición de los gobernantes autonómicos de paso por Madrid.

En la remodelación del edificio de Sol se ha destinado un espacio a los presidentes de las distintas comunidades que se desplazan a la capital. Es un centenar de metros cuadrados en la planta baja. Los técnicos lo llaman "zona vip", para personas muy importantes: un despacho de 40 metros cuadrados, una sala de espera, una secretaría y un cuarto de baño con ducha.

"Esas dependencias [en la esquina de Sol con la calle del Correo] estarán a disposición de cualquier presidente autonómico que quiera utilizarlas cuando esté en la ciudad", explica el consejero de Obras Públicas, Luis Eduardo Cortés. "Es un símbolo de la hospitalidad madrileña, y creo que somos los únicos con una dependencia similar", apostilla el consejero. Sin embargo, algunos presidentes autonómicos, como el catalán o el gallego, disponen de despachos en las representaciones que sus autonomías mantienen abiertas en Madrid.

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Además de la zona de huéspedes ilustres, la planta baja del inmueble alberga el registro, la Dirección General de Medios de Comunicación, la cafetería y dependencias de seguridad. El primer piso lo comparten una biblioteca y numerosos despachos. Aquí tiene su sede la viceconsejería de Presidencia.

Planta noble

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El segundo es la planta noble: aquí está el despacho del presidente regional (unos 50 metros cuadrados, semiesquina a la calle del Correo). Las paredes se han pintado en un tono beis verdoso, que ayuda al descanso, según los técnicos. Una gran mesa es la protagonista de la estancia, en la que cuelgan varios cuadros de arte moderno.Ruiz-Gallardón, que se reinstaló en el edificio el pasado mes de enero, comparte planta con el consejero de Presidencia, Jesús Pedroche. El mismo piso alberga el histórico salón Canalejas, un comedor institucional, una sala de espera, la secretaría particular y despachos de asesores. En la tercera planta se ubica la secretaría general técnica.

La decoración y el mobiliario (adjudicados a la firma Casa & Jardín por 124 millones) han partido del aprovechamiento de lo que había, aseguran los responsables de la rehabilitación. Buena parte de los cuadros son de arte moderno (Miquel Barceló, Antoni Tàpies, Eduardo Arroyo o Fernando Zóbel). También hay piezas antiguas, pero la más célebre, la tela de Maella que se tomó por un Goya, no se colgará. Al menos de momento: el cuadro está en restauración en el Museo del Prado, explica Cortés. "Creo que a los madrileños les gustará la rehabilitación. Buscaremos excusas para abrir el edificio al público todo lo posible", promete.

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