Adopción
Una carta del 4 de febrero describe la experiencia de una adopción internacional y termina con la pregunta: "¿Adopción?". La respuesta sólo tiene dos letras y empieza por "s". Para que la adopción internacional no sea sólo, ni sobre todo, una cuestión de "donde el corazón te lleve", me gustaría que la respuesta de dos letras que empieza por "s" fuera "Sé"."Sé" que hay muchas maneras de ser solidarios con los niños del Sur del mundo. "Sé" que "ahora se contempla expresamente que no será reconocida en España la adopción constituida en el extranjero, mientras la entidad pública competente no haya reconocido la idoneidad del adoptante" (Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor). "Sé", entonces, que la espera es siempre larga y es necesaria para que los padres se conciencien y se preparen a enfrentar un reto.
"Sé" que es más difícil ser padres adoptivos que padres biológicos (que no es poco decir ... ). "Sé" que hay muchos más fracasos en las adopciones internacionales que nacionales, y que en los países de larga tradición en adopciones son muchas las "devoluciones". "Sé" que la sociedad española no es multiétnica y que un niño de otro país se sentirá siempre "diferente" (y no sólo físicamente). "Sé" que un día el adoptado querrá conocer sus orígenes. Ojalá tengamos datos (comenzando por sus nombres completos) para evitar que se le forme dentro de un agujero negro como les sucede a personas sin raíces.
Teniendo en cuenta éstas y otras consideraciones, se pasará del "sé" al "sí". Entonces el adoptado tendrá la posibilidad de realizarse como persona única y como "don para sus padres" y para los demás.-
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