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La reapertura del metro entre Cuatro Caminos y Quevedo se atrasa a marzo

Las obras en la red del metro se le han atragantado a la Consejería de Obras Públicas con la reforma de la línea 2 (Cuatro Caminos-Ventas). Mientras los nuevos tramos se inauguran con antelación sobre el calendario previsto, la reapertura del túnel entre Cuatro Caminos y Quevedo (tramo en el que se intercalará una tercera estación, Canal) se ha encontrado con inesperadas "dificultades técnicas". Los problemas para trasladar el cableado eléctrico han pospuesto su puesta en marcha de enero a marzo.El pasado 5 de julio, el servicio entre las dos primeras paradas de la línea 2 se interrumpió "por un periodo aproximado de seis meses" para afrontar las obras de una estación intermedia, Canal, que conectará a partir de diciembre con la prolongación de la línea 7 (desde Gregorio Marañón hasta Pitis).

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La operación, al final, ha resultado más complicada de lo que en un principio se creía, y el tráfico no se podrá restablecer hasta la primera quincena de marzo.

Como consecuencia de todo ello, la vieja línea 2 ha perdido cerca de un 15% de viajeros. El tramo en obras tiene gran incidencia en los movimientos en el suburbano, ya que en Cuatro Caminos se puede hacer transbordo con la línea 1 y la 6 (Circular).

"El problema ha surgido con el tendido que alimenta la catenaria de la línea", explica Jesús Trabada, el ingeniero de la Dirección General de Infraestructuras responsable de las obras. Y abunda: "Para mantener la distribución de energía en el resto de la línea había que sacar a la superficie los cables del tramo en obras. Y como esa zona, entre Cuatro Caminos y Quevedo, ya está saturada de desvíos de Telefónica y Gas Natural, toda la operación se ha retrasado más de lo previsto".

Pese a los inconvenientes, la normalidad volverá a la línea roja hacia el 8 de marzo. Para entonces, el usuario curioso que escudriñe tras los cristales del vagón ya podrá descubrir los andenes de la futura estación de Canal. Los operarios continuarán el trabajo detrás de las vallas: el túnel de la línea 7 ha de pasar en ese punto por debajo de la 2.

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Los diseñadores de la ampliación del metro pensaron que, además de los 31,5 kilómetros de nueva creación, éste era el momento idóneo para partir el tramo Cuatro Caminos-Quevedo, el más largo (1.200 metros) de los del centro de la ciudad. El beneficio de la decisión es doble: se crea una estación más y se consigue una conexión directa entre las líneas 2 y 7 que, de otro modo, no existiría.

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