Puntualizaciones
En relación al artículo de Eduardo Haro Tecglen del viernes 6 de febrero, me siento en el deber de puntualizar lo que sigue:Me sorprende y me amarga que cualquier seudointelectual de ideas fijas, frente al dolor que representa la pérdida de un padre, le "rinda homenaje" con una anécdota estúpida y de ninguna importancia.
Me gustaría recordar que el doctor Martínez Bordiú ha salvado vidas y ya sólo por esto se sitúa seguramente en un plano superior al nuestro, y su memoria merecería mucho más respeto. Al mismo tiempo se aprovecha una vez más de un evento para menospreciar la persona de mi abuelo, de quien cada uno es libre de opinar políticamente, pero que fue durante 35 años jefe del Estado español y que como cualquier hombre cercano a su muerte merece respeto. Llamándolo por dos veces "viejecillo" en sentido claramente despreciativo, sólo demuestra que, 23 años después, muchos que presumen de demócratas y hablan de superar viejas heridas y enfrentamientos tienen todavía miedo y ganas de venganza. Querido director, me siento desolada por el hecho de que no haya en este artículo una sola línea que se pueda aceptar. Referente a las "sosas merce-
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des del Rey", es mi opinión personal que fue más bien lo contrario. También quiero recordar que el austero general, como todo el mundo sabe, no ha dejado un dinero que se pueda llamar malignamente herencia.
Y, para concluir, querría informar a su columnista de que el diario de Azaña, encontrado casualmente por mi madre entre viejos papeles de su padre, fue entregado de inmediato al Ministerio de Cultura.
P. D. Prefiero siempre, y cada vez más, Dios al demonio...-
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