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Entrevista:

"Mi personaje en la serie me ha empujado hasta abismos patéticos"

La trayectoria profesional de Isabel Ordaz estará ya para siempre unida a dos nombres de mujer. En los últimos seis meses, gracias a Ester (Todos los hombres sois iguales) y a Lucía (Chevrolet) ha recibido cuatro premios. La buena racha comenzaba el 29 del pasado mes de julio. La actriz madrileña (34 años) era elegida mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Moscú. Isabel Ordaz se traía a España la estatuilla de San Jorge por su intervención en Chevrolet, de Javier Maqua. Por el mismo papel fue galardonada en el II Festival de Cine de Miami y acaba de ganar el Goya a la actriz revelación. Por último, la Unión de Actores la distinguía como actriz destacada de 1997 por su intervención en Todos los hombres sois iguales, la serie que Tele 5 emite los lunes, a las 21.35.

Sin embargo, su carrera artística no se reduce a estos dos personajes de premio que le pillan ya "muy curtida". De vocación tardía, debutó profesionalmente en el teatro con la obra Caballito del diablo, de Angel Ruggero, a principios de los ochenta, a la que siguieron Estrella de la madrugada; La fosa, O la llamada es del todo inadecuada, entre otras, además de adaptar, dirigir e interpretar varios montajes escénicos. En cine ha participado en Bajarse al moro, Una casa en las afueras o Animia de cariño, y probó televisión con Pepe y Pepa (TVE-1). Isabel Ordaz está a punto de estrenar una obra de teatro, pero continuará a bordo de Todos los Hombres... hasta el final de la serie.

Pregunta. Cuatro premios en apenas seis meses. ¿Le sorprenden tantos galardones seguidos?

Respuesta. Sí, mucho. Tantos años trabajando y de repente por esos azares de la vida caen todos juntos. En cualquier caso, estoy muy agradecida.

P. ¿Cuál le ha hecho más ilusión?

R. Cada uno tiene su historia El premio de la Unión de Actores lo conceden los colegas y éstos afinan mucho. El Goya ha sido espléndido y el de Moscú, muy emocionante, porque con él se inició la racha. El premio de Miami fue otra sorpresa. Además, este certamen es fundamental para que el cine latinoamericano y de habla no inglesa pueda difundirse en Estados Unidos.

P. ¿Qué está preparando en este momento?

R. Estoy ensayando la obra de Paloma Pedrero Una estrella, una tragedia contemporánea muy bella y mestiza, ya que intervienen actores madrileños, cubanos, catalanes...

P. Teatro, televisión y cine. ¿Sobre qué escenario se siente más feliz?

R. El teatro es la madre del vino, la creación total. La televisión te da oficio y la posibilidad de llegar a todo el mundo. Su poder es increíble. Y el cine... Está muy bien. Necesito cambiar, hacer un poco de todo para dominar este oficio que amo. Yo no soy ambiciosa, pero sí muy vocacional y curiosa. Tocar todos los palos te da la posibilidad de conocer mejor las herramientas.

P. ¿Isabel Ordaz le debe mucho a la televisión?

R. Sí. Me ha sacado de momentos económicos muy críticos, me ha ayudado a ser más popular y a tener más conocimiento del oficio. Todo en la vida es como se use. A mí, personalmente me ha dado muchas cosas.

P. ¿Cómo calificaría sus personajes de Todos los hombres sois iguales y de Chevrolet?

R. Son muy distintos, pero los dos han resultado emblemáticos. Ester es una persona mala malísima, llena de ambición por el oro y por los hombres. A lo largo de los capítulos, el director de la serie, Jesús Font, ha empujado al personaje hasta abismos patéticos. El papel de Lucía en Chevrolet es melodramático y un punto heroico. En esta película mi personaje es muy pasional y lleno de fuego.

P. ¿Cómo cree que están tratadas las mujeres en la serie?

R. Creo que trata de ser ecuánime con los dos sexos. A veces, los hombres que dibuja Font son idiotas y otras, las idiotas son las mujeres. Todos los hombres... es deudora del largometraje de Gómez Pereira, pero la serie por exigencias del guión ha derivado en una sucesión de amores, desamores, divorcios y ambiciones desmedidas resueltas en clave de esperpento.

P. ¿Y cómo lleva usted la guerra de sexos?

R. Yo no estoy en guerra y, además, no están los tiempos para meter cizaña. Ya hay bastante violencia en el mundo como para echar leña al fuego. Estoy a favor de la a conciliación. Naturalmente, en la serie de Tele 5, todos andamos a la greña, pero es una ficción llevada hasta sus últimas consecuencias. Su ética y estética es hacer reír a los telespectadores y de paso reírse un poco de esa misma guerra.

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