Los secuestros del señor comisario
Desarticulada una banda de policías y criminales en el Estado mexicano de Morelos
Magdalena Avilés protestó ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Morelos la recepción del cadáver de su hijo sin una oreja, las costinas rotas, un testículo cercenado, y el que hace pareja molido a golpes. Jorge Nava Avilés, La Mole en el mundo del hampa, fue reventado a golpes por la principal fraternidad mafiosa de ese Estado, limítrofe con Ciudad de México. "La saña de la tortura es muestra evidente de los métodos de investigación policiaca que se practican en Morelos", denuncia la activista Carmen Genís.
El caso pone de manifiesto algo presente en buena parte de México: la asociación de policías, funcionarios judiciales, secuestradores o narcotraficantes. En Morelos, esa alianza quedó al descubierto cuando el día 30 una patrulla federal de caminos detuvo en un tramo de la autopista de Cuernavaca a Acapulco al mismísimo jefe de la Unidad Antisecuestro del Estado, Armando Martínez, y a dos agentes judiciales, mientras depositaban los despojos de La Mole en una cuneta. "Es una misión secreta", mintieron.
La Procuraduría General de la República (PGR) y la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada de Morelos creen que la misión de Martínez es otra: imponer a sangre sus criterios en el reparto de competencias y botines, y demostrar quién manda en el negocio de la extorsión.
Felipe Arturo Camarena, fiscal de Guanajuato, inculpó en su día al responsable del grupo policial, que hubiera debido ingresar en prisión tiempo atrás de no contar con complicidades de altos vuelos. "En el operativo del pago del rescate de un joven el año pasado, Martínez fue sorprendido con el dinero, actuando como parte del grupo de secuestradores", afirmó Camarena. Ocho agentes judiciales de Guanajuato le encañonaron, pero la escolta de Martínez hizo lo propio con ellos. "Armando Martínez, con el dinero en la mano, sacó una ametralladora y les dijo [a los policías de Guanajuato].'¡¿Qué hacen aquí?! ¡Se los va a llevar la chingada!".. Los de Morelos escaparon en una furgoneta, y la víctima, desembolsado el rescate, fue posteriormente liberada.
Las autoridades indagan ahora sobre los vínculos entre bandas de criminales y funcionarios de la Procuraduría de Justicia o del propio Gobierno del Estado, sospechosos de haber encubierto al menos 50 secuestros y de traficar con información sobre otros 150.
Pese a las críticas recibidas, el gobernador, Jorge Carillo, presume de que el Programa Nacional de Seguridad Pública coloca a su Estado en el número 21 de la clasificación nacional.
El asesinato de Jorge Nava Avilés La Mole, cuyas derivaciones ocupan a la prensa prensa local y llegaron al Congreso nacional, obedeció a traiciones mafiosas, y a la venganza personal de Armando Martínez contra su protegido en el chantaje, Salvador Valdivia, El Guacho, según la versión del matutino capitalino La Crónica.
El coordinador general de de la policía de Morelos, Jorge Miyazawa, destruido y puesto a disposición judicial, había defendido a la vieja usanza la probidad de su jefe antisecuestros." Martínez estaba trabajando en el caso del niño Rigoberto Bucio [rescatado]. La policía preventiva puso a nuestra disposición a este individuo [Jorge Nava Avilés], porque aunque lo detuvieron como asaltante, se confesó partícipe en lo del niño". "Sucedió que al muchacho", agrega, "le dio un desmayo, no sé cómo porque no he platicado con ellos. Lo que hicieron en la carretera es que se pararon para ver el estado de salud del detenido". "Bueno", se cubrió las espaldas, "eso me dice, porque yo no lo vi".
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