Los escollos de la política penitenciaria

El informe del lehendakari, José Antonio Ardanza, parte de la base de que ETA tiene perdida su guerra, pero admite que tampoco el Estado tiene ganada la victoria sólo por la vía policial. Cree que el acoso policial, la colaboración intemacional y la presión popular son muy importantes para terminar con el terrorismo. Pero también cree necesario un esfuerzo de todo el bloque democrático para ofrecer un portillo de salida a los terroristas porque descarta que ETA y su entorno abandonen, ni por convicción ni por presión social, su estrategia.La propuesta de Ardanza está dividida en dos fases. La primera de ellas es la búsqueda de un nuevo acuerdo político entre todo el bloque democrático vasco. El diálogo previo al acuerdo no tendría límites y debería ser aceptado, tal cual, por el Gobierno central. Esta es la parte más delicada de la propuesta de Ardanza y la que ha levantado los recelos del PP y PSOE, que han aclarado que nunca aceptarán un diálogo que desborde la Constitución y el Estatuto de Gernika. Los temores a que los partidos nacionalistas pretendan imponer soluciones políticas, como el derecho a la autodeterminación, están implícitos en las reservas de ambas formaciones.

"Parcelitas"

El otro aspecto delicado de la propuesta, que afecta directamente al Ministerio del Interior, se refiere a que aspectos claves de la política antiterrorista, como la política penitenciaria, deben pasar por el consenso del bloque democrático.Precisamente ayer, el lehendakari comentó, en declaraciones a una cadena de televisión autonómica, que la política penitenciaria es " lamentable". En opinión de Ardanza, Interior peca de "incoherencia" al exigir "unidad" de todos los partidos mientras se reserva "parcelitas" en el camino hacia la paz, como ocurre en el asunto de los presos, donde el mensaje que envía es "que la competencia es suya". Según Ardanza, la cuestión de los presos es fundamental en el proceso de pacificación. "Si todos queremos caminar hacia la paz, lo que no se puede es ir sacando temas fuera", dijo.

Ardanza pretende que la primera fase, la más complicada, finalice antes de las elecciones vascas, el próximo mes de octubre. Previamente, antes de fines de febrero, Ardanza se entrevistará con el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, para recoger su opinión sobre la iniciativa.

Los interlocutores del Pacto de Ajuria Enea creen que sólo el liderazgo de Ardanza, tras diez años de arbitraje del Pacto, puede conseguir el consenso entre todo el bloque democrático.

La segunda fase, las conversaciones entre el bloque democrático y HB no tienen plazo. Dependerá de la voluntad de ETA de abandonar la violencia. En cualquier caso, ETA y HB tendrán un marco claro sobre qué y cómo dialogar con el bloque democrático: contenidos, interlocución y plazos. La propuesta de Ardanza insiste en que "sólo" será aceptable el marco de diálogo que decidan los partidos democráticos.