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Reportaje:

El tránsito de trabajadores ilegales por España deja 20.000 detenidos y 1.000 ahogados en 5 años

La Guardia Civil constata la imposibilidad de detener los flujos migratorios con medidas sólo policiales

Sólo el año pasado fueron detenidos en la frontera sur 7.438 ilegales, unos 300 menos que en 1996. ¿Pero cómo llegan estos ilegales desde sus pueblos hasta la muerte, la detención o su sueño? La Guardia Civil dispone de un informe sobre la "problemática general" de la inmigración africana en el propio corazón del continente negro.

Los vigilantes de la frontera sur constatan dos de sus principales dificultades para frenar los flujos de inmigración: una, que "la instauración de medidas de control, por rígidas y exhaustivas que éstas sean, no impedirán que sigan llegando [los inmigrantes]"; y dos, "las fuerzas de Seguridad de Marruecos (. . .) son fácilmente sobornables tanto en el tránsito por Marruecos [de los ilegales] como en el paso clandestino por Melilla".

Marruecos es país de emisión de ilegales y zona obligada de tránsito para los subsaharianos de paso hacia Europa. El férreo control de la frontera española ha permitido detener entre 1995 y el año pasado a 20.349 ilegales.

El gran salto en número de capturados se produjo en 1996, cuando se pasó de 5.287 ilegales a 7.741, lo que supone un incremento del 46,4%. De los inmigrantes detenidos el año pasado en Andalucía, Ceuta y Melilla, 5.911 procedían de Marruecos, 1.050 eran argelinos y 113 eran de otros países africanos.

El boca a boca lleva a los aventureros a caer en las redes mafiosas que trabajan en Marruecos, que tienen zonas de actuación concretas. "No se puede hablar de un de organización ni de una mafia concreta. Las hay grandes y pequeñas, como las dos casi caseras que hemos desarticulado esta semana", confiesa un alto mando del instituto armado en Andalucía. Grandes o pequeñas, vacían los bolsillos de los inmigrantes, paguen en pesetas o en francos franceses.

57 puntos de desembarco

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La Guardia Civil tiene constancia de que los cabecillas de las organizaciones delictivas suelen concentrarse en "el zoco chino de Tánger, en los cafetines de Beni-Enzar, cerca de Melilla, así como en lugares próximos a Ceuta". Un segundo escalón de "reclutadores", buscan a los aspirantes al gran salto, "facilitan el alojamiento en los puntos de reunión" y "suelen aleccionar e informar a los inmigrantes sobre pautas a seguir en las posibles situaciones a las que se enfrenten en su tránsito".

El siguiente paso es llegar a las zonas de embarque, donde las pateras están listas para hacinar inmigrantes. Los dos principales puntos de embarque se sitúan en los alrededores de Melilla, en la franja comprendida "entre el cabo Aguas y Beni-Enzar (Bocana, Kaiza, Azkeman y cabo Tres Focas". El otro gran punto de encuentro se sitúa en lo más estrecho del Estrecho, "la comprendida entre el cabo Espartel y Belionech, población cercana a Ceuta, (cabo Malabata, Norisa, Ksar Seghir, Diki y Daliya".

Es entonces cuando llega el momento de mayor peligro: el viaje en patera. El objetivo puede ser cualquiera de los 57 puntos de desembarco localizados en toda la costa, de Huelva a Almería, que incluye playas, acantilados, puertos. . . En este viaje han perdido la vida los 1.000 inmigrantes que ha recontado el defensor del pueblo andaluz o los 200 que, según la Asociación pro Derechos Humanos, han perecido sólo durante 1997.

Otro escalón de las mafias espera en la costa española, en puntos de encuentro prefijados, la mayoría situados en la carretera N-340 (Cádiz-Barcelona). Pero no sólo hay mafiosos. También hay miembros de entidades humanitarias que han llegado a recoger 4.000 firmas de ciudadanos autoinculpándose de haber ayudado a ilegales. Un toque de humanidad en el sombrío camino de la inmigración ilegal.

Una de estas ONG ha llegado a pedir que no se procese a aque lbs de sus integrantes detenidos con inmigrantes "si han prestado ayuda sin ánimo de lucro". La Guardia Civil lo ve imposible: "Es como darles una patente de corso para introducir ilegales", señala un comandante del cuerpo.

Por Libia y Argel

La peripecia de los subsaharianos tiene su escala en Marruecos, pero los puntos de partida y concentración suelen estar en Camerún y Senegal. A Camerún suelen llegar los inmigrantes de Zaire, Ruanda, Congo, Nigeria, Ghana, Costa de Marfil y Liberia. "Una vez en Camerún, intentan obtener un pasaporte en dicho país, cosa que, al parecer, no entraña demasiada dificultad", subraya el informe de la Guardia Civil.

Con ese documento se traslada a través de Chad a Libia, donde "empiezan los primeros contactos con las mafias organizadas para introducirlos en Argelia", en cuya frontera con Libia "existen dos campamentos de concentración". Desde ese punto saltan a Argel, "ciudad donde se establecen los primeros contactos con las organizaciones marroquíes".

Senegal suele recibir a los procedentes de Guinea Bissau, Guinea, Gambia y los propios de Senegal, que son "trasladados en barco hasta las ciudades de Casablanca o Rabat".

Tanto los ilegales senegaleses como los cameruneses son llevados hasta Ceuta, Melilla o Nador. En estos puntos sólo les queda esperar a encontrar un punto poco vigilado de las fronteras de los territorios españoles en Africa.

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