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La Audiencia ordena a la policía que vuelva a buscar al químico de Algete

El tribunal que juzga a Francisco Javier Cervigón (el estudiante acusado de secuestrar al químico de Algete José Luis Zaragoza, de cuyo paradero nada se sabe desde hace 28 meses) ha ordenado a la policía que se movilice e intente averiguar qué ha sido de este hombre. El oficial de la policía que llevó la investigación del secuestro está convencido de que Cervigón lo asesinó y luego enterró su cuerpo en un lugar que sólo el acusado conoce.

El presidente del tribunal, José María Maza, recordó ayer mismo esa orden al jefe policial encargado de las pesquisas.En el juicio hay un escrito de acusación del fiscal -que pide 14 años- y un acusado -Cervigón-, pero falta el cuerpo del delito; el cadáver si es que, como cree la policía, hubo un asesinato. El 6 de octubre de 1995 fue la última vez que se vio con vida a Zaragoza. El hombre, de 65 años, salió de su chalé de Algete en su coche hacia Zaragoza para cazar; su esposa le esperaba en la capital aragonesa.

Cervigón, quien se sienta desde el lunes en el banquillo de la Audiencia de Madrid acusado de detener al químico en contra de su voluntad, escuchó ayer impasible el contundente testimonio de este jefe policial. Éste expresó su convencimiento de que el acusado "no secuestró" al químico Zaragoza, "sino que Io asesinó", dijo, y que sólo él sabe ahora dónde ocultó el cuerpo. Los agentes sospechan que el cadáver puede estar enterrado en alguna de las fincas que la familia del acusado posee en Avila. A pesar de las pruebas que le inculpan como autor de la desaparición del químico, Cervigón se ha proclamado inocente ante el tribunal y asegura que no sabe nada sobre el paradero de Zaragoza.

Indicios de culpabilidad

Sin embargo, contra él pesa el tener en su poder las escopetas que el desaparecido se llevó para cazar y un burdo montaje fotográfico en el que se ve al químico junto a un periódico de fecha posterior a la desaparición. Con ello pretendía, presuntamente, hacer creer a la familia que unos mafiosos tenían secuestrado al químico y que pedían un rescate de 90 millones. Él se erigió en intermediario del secuestro. Cervigón asegura que fue su ex novia -Marisa, hija del desaparecido- quien le dio a él las escopetas y el montaje fotográfico. Ella lo niega. La cuarta sesión del juicio contra Cervigón, celebrada ayer, se centró en los.testimonios de los agentes que detuvieron al único procesado y encarcelado por la desaparición de Zaragoza. Durante los siete años de noviazgo, el químico no tuvo más remedio que aceptar a Cervigón como uno más de la familia, pero le veía "un vividor", según confesó Marisa al tribunal.Tras abundar en la tesis (de momento sólo hay indicios) de que el químico ha sido asesinado, el jefe policial contó al tribunal que Cervigón es alguien "muy violento", un "mentiroso" compulsivo.

Amenazas a un amigo

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El agente no se mordió la lengua: habló de las extrañas circunstancias en que murió el padre de Cervigón y de la vez en que amenazó a un supuesto amigo suyo (le maniató tras apuntarle con una escopeta) porque le debía varios millones. Ese amigo mide 1,90 metros y pesa 100 kilos, aclaró el policía. El jefe policial agregó que Cervigón, tras su detención, fue informado de que se iba "a registrar su casa de Burgo de Osma". Según el policía, la fría respuesta del acusado fue: "Lo que ha pasado con José Luis Zaragoza lo tengo yo aquí [señaló a la cabeza] y por mucho que registres mi casa, no me lo vas a sacar".

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