Liaño imputa mala fe a la prensa que critica sus resoluciones

El juez Javier Gómez de Liaño arremetió ayer contra la prensa por criticar algunas de sus resoluciones, entre las que destaca la reciente puesta en libertad, en un caso de narcotráfico, del abogado gallego Pablo Vioque.

En un auto que confirma la libertad, bajo fianza de 10 millones de pesetas para Vioque -abogado de narcos y acusado él mismo de introducir 1.500 kilos de cocaína en Galicia en 1995-, Liaño afirma que "no son raras algunas crónicas judiciales intencionadamente desenfocadas por el interés en la descalificación del juez, ( ... ) donde poco cuesta presentar a un juez de venal, frívolo, prevaricador, partidario de la droga y de los terroristas".

El juez agrega en los fundamentos jurídicos del auto que "quizá llegará el día en que estos comportamientos merezcan el debido reproche, empezando por el de una ciudadanía que repugne el tráfico de drogas, pero también el de sentimientos".

Liaño ha cargado también contra el fiscal Javier Zaragoza, que en su recurso achacó al magistrado haber tenido el proceso parado y haber dictado la resolución tras haberse abstenido, es decir cuando ya no tenía competencia.

No sólo eso, el juez de la Audiencia Nacional insinúa que todos los males que le imputa el fiscal se deben al fiscal mismo: "Es probable que el origen de la falta se sitúe ( ... ) un día en el que, después de dos años de instrucción y a punto de concluirse el sumario, ausente el juez por permiso oficial, se recibió la visita de un procesado formalmente rebelde y con órdenes de busca y captura desde el 15 de marzo de 1995, pero real y sorprendentemente fuera de control".

La versión del fiscal difiere. El rebelde había ofrecido colaborar con el juez, pero éste no tuvo tiempo durante tres meses para tomarle declaración. Por ello, se presentó en el juzgado cuando Garzón sustituyó a Liaño. Garzón encarceló al rebelde, pero también a Vioque y otros cómplices.