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La gran empresa prevé tres años de fuerte crecimiento

Xavier Vidal-Folch

Un profundo foso separó ayer las actitudes ante el futuro inmediato de los grandes empresarios de las sostenidas por los intelectuales vinculados. a los principales laboratorios de ideas geoestratégicos, en la primera jornada del foro de Davos. Los consejeros-delegados se mostraron más que optimistas, al prever que los tres próximos años registrarán un "intenso" crecimiento de la economía mundial. Los pensadores se alarmaron porque el concepto de progreso "ha entrado en crisis" y por las consecuencias de las tensiones locales en distintos puntos del globo.Apenas hubo matices del estilo vaso medio vacío / medio lleno. La predicción empresarial del vaso desbordante la resumió el presidente de Price Waterhouse, James J. Schiro: "La tendencia hacia la mundialización continuará fuertemente durante el próximo siglo, por cuanto los líderes de las principales compañías intensifican las estrategias de crecimiento de sus corporaciones para incrementar sus negocios y ampliarse a nuevos mercados".

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Schiro basó su optimismo en los resultados de la encuesta realizada a 377 empresarios, elegidos entre las 2.000 compañías mayores del mundo, que facturan un total de dos billones de dólares (más de 300 billones de pesetas) y emplean a ocho millones de trabajadores. El 33% se mostró "extremadamente optimista" sobre, el crecimiento económico en el trienio 1998-2000; un 62% se declaró "bastante optimista" y sólo un 5%, "algo pesimista".

¿Por que zonas emergentes apuestan? Precisamente por la sometida a una crisis que dura ya más del medio año, Asia -sin contar China-, (un 28%); por la misma América Latina sobre la que los gurús lanzan sombríos vaticinios como sustituta del temblor asiático (un 32%); y en tercer lugar por China (un 23%). Con un modesto 5%, Rusia queda en cuarto lugar, seguida de India (4%).

Los intelectuales de la geoestrategia se esforzaron en aguar el optimista tono vital de los grandes ejecutivos, con apelaciones a un cierto caos geopolítico que amenazaría al mundo de los negocios. Con brillantez, Dominique Moïsi (Instituto Francés de Relaciones Internacionales) opinó que "lo que está en crisis es la idea de progreso, y la espesa sombra de lo gris lo invade todo, porque todo el mundo piensa que el año próximo será peor que el actual". Para Moïsi, han fracasado tanto el espectáculo "de luz y sonido que nos prometían los teóricos del fin de la historia, con la inapelable victoria liberal", como "los augurios de un choque de civilizaciones".

Sus colegas Richard Hass, estadounidense, director de la Brookings Institution (el semillero de Kissinger) y Masashi Nishihara, japonés, de la Academia de Defensa, destacaron otras actuales o futuras crisis (Indonesia, China, Irak, el peligro de introversión proteccionista en EE UU) como chinitas en el zapato de la benéfica mundialización.

A la hora de encontrar excepciones, sólo una y media lograban consenso. Una: el encauzamiento económico y estratégico de la Europa del Este, pues absorbe estabilidad de la Unión Europea y de la OTAN. Media: Rusia, "un país que, al menos, resulta ya casi predecible", zanjó Moïsi.

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