El fiscal pide dos meses de arresto para un dirigente de HB por amenazas

Tasio Erkizia, uno de los 22 dirigentes de Herri Batasuna (HB) encarcelados por colaboración con banda armada, fue juzgado ayer por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco acusado de un delito de amenazas contra los funcionarios de prisiones durante unas declaraciones que realizó el 3 de febrero de 1996. El fiscal pide para él una pena de dos meses de arresto mayor y una multa de 200.000 pesetas con arresto sustitutorio de 30 días. Su defensa solicita la absolución por considerar que los hechos que se le imputan son meras manifestaciones políticas.Erkizia, que ayer fue recibido en la Audiencia de Bilbao por muchos simpatizantes, participó el día mencionado en una concentración ante la prisión de Basauri, donde ahora se encuentra encarcelado. Allí realizó unas declaraciones a los medios de comunicación en las que en referencia a los funcionarios de prisiones afirmó: "'Sabed que el sufrimiento irá aumentando en nuestro pueblo. No estamos dispuestos a dejar abandonados ni a los presos ni a las presas ni a sus familiares. Todavía estáis a tiempo de cambiar porque, si continuáis por el mismo camino, tenéis que saber que el sufrimiento será para todos".

El fiscal considera que el acusado cometió "amenaza objetiva" con estas palabras teniendo en cuenta las circunstancias que rodeaban sus declaraciones y concluyó que "esa misma frase realizada por otra persona, en otro contexto y en otras circunstancias no sería constitutiva de delito". El ministerio público reconoció que el acto tenía como objetivo reivindicar "el acercamiento de los presos", pero considera que Erkizia se "excedió" en sus palabras.

La defensa del dirigente de HB aseguró que en las citadas declaraciones no se contiene "amenaza alguna", sino que Erkicia realizó una crítica política que solicitaba a los funcionarios un cambio en su actitud hacia los presos de ETA. El acusado también negó que tuviera intención de amenazar a nadie y sostuvo que el acto fue político y que no citó en ningún momento a José Antonio Ortega Lara, que se encontraba secuestrado por ETA.