_
_
_
_
_
Tribuna:VISTO / OÍDO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El puritano

Nos parecerá a todos que la causa por la que Clinton va a perder su empleo es insignificante. No puede creerse congruente que el hombre más poderoso del mundo tenga que huir, todo por tener relaciones sexuales con una chicuela que se prestaba: en gran parte, para contarlo. Y tanto lo contó, que se lo dijo a la secretaria que iba por la casa con un micrófono oculto y un magnetófono que le había dado el fiscal. En lugar de castigar a la secretaria y al fiscal, castigan al espiado y traicionado: la vida.¡Doce veces en el Despacho Oval de la Casa Blanca! El despacho de todo el cine político: el mejor escenario del mundo. ¿Pueden privarse los EE UU de un hombre fundamental por una cosa tan sencilla, y para muchos envidiable? Sí. Lo van a hacer. Y es que ese hombre es el presidente de los puritanos. La condición pudorosa de ese país llegó con los puritanos expulsados de Europa, donde eran ya insoportables. Blancos, anglosajones, protestantes: las siglas de estas condiciones en su lenguaje original, wasp, son hoy el indicativo de la superioridad. La tienen que demostrar públicamente: si los chicos se drogan, ellos ni fuman. Ni dejan fumar a los demás. Tienen los pecadores que ponerse quince metros más allá de sus casas -que son los edificios públicos- y lo hacen vergonzantemente. Persiguen la pornografia, el alcohol, la homosexualidad, el aborto. Incluso lo que es legal lo quieren prohibir. Probablemente lo harán los republicanos, que van a suceder a Clinton; y el vicepresidente que ocupará el despacho -profanado- cuando le echen. Y que están detrás de toda la campaña. Los políticos son perros de presa: cierran sus mandíbulas en la carne mordida.

El guardián de la fe tiene que tener, por lo menos, fe. Aunque esté en el secreto. Clinton era uno de los guardianes de la fe, uno de los que fruncían el ceño a los que tenían alguna indulgencia con ellos mismos. Tenía que aparentar. Pero la situación se le ha ido de las manos, o de donde sea. Tiene que pagarlo. Lo malo es que el republicano que llegue así, nuevo y puro, a la Casa Blanca, va a aumentar el azote del puritanismo: en su país y en el mundo.

Sin embargo, le puede esperar un buen porvenir: por lo menos, en el cine pornográfico. La mujer violada por él cuando era gobernador es otro caso: parecía más grave el acoso que el sexo consentido; y no lo es- ha descrito sus formas anatómicas secretas, un cierto ángulo y unas proporciones que podrían ser interesantes.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_