"Mucha redistribución provoca paro"
Xavier Sala i Martín, de 34 años, es el académico más joven de cuantos han obtenido el Premio Juan Carlos I. Es especialista en temas de crecimiento y autor de obras como Apuntes de crecimiento económico (Bosch 1994) y Economic Growth (MaCGraw Hill, 1995), que publicó en colaboración con el profesor de Harvard Robert J. Barro. Pregunta. ¿Cuál es la raíz del problema económico en el continente asiático?
Respuesta. En aquellos países se ha producido una gran especulación en el sistema financiero, con enormes compras a crédito aprovechando la burbuja inmobiliaria y otras burbujas. Hasta aquí no pasa nada, simplemente se trata de que las fortunas que han jugado fuerte pierden. El problema real aparece cuando los bancos japoneses quiebran y arrastran los ahorros de pequeños inversores, pensionistas o trabajadores que tienen depósitos en esas entidades. Ante este peligro aparece el Fondo Monetario Internacional (FMI) con recetas y financiacion para asegurar los depósitos de los bancos. Es decir, trata de asegurar a los pequeños ahorradores, no a las grandes fortunas especulativas. El FMI es muy consciente de que debe asegurar el ahorro y penalizar la especulación.
P. Es una versión justiciera del FMI.
R. El FMI trata de evitar que el gran especulador piense así: "Si gano, el dinero es para mí, si pierdo, ya lo arreglará el Fondo Monetario".
P. La crisis asiática tiene además un componente geopolítico.
R. Sí, el peligro de golpes de Estado en países como Indonesia o Malaisia es ahora muy alarmante.
P. ¿El endurecimiento político es un factor de ineficiencia para las economías?
R. Los estudios empíricos demuestran que la falta de libertad política no es mala para el crecimiento económico. Lo que es malo es la falta de libertad económica, pero países que no son un modelo de democracia avanzada, como Singapur, Chile o Perú, no van mal. Es decir, no está claro que la falta de libertad frene su crecimiento. No digo que esta situación sea buena o mala. Sólo digo que tener una buena democracia no es ninguna garantía para la expansión económica.
P. ¿La democracia es un bien económico?
R. Digamos que la democracia es un bien de lujo, a medida que un país se va haciendo rico, va comprando democracia, y la gente valora más la libertad. Sin embargo, cuando eres pobre, la prioridad es comer.
P. Usted dice que la naturaleza de de un Estado no influye en la economía?
R. Lo cierto es que la iniciativa privada, la suma de millones de mentes inventando día a día, se superior a cualquier dirigismo estatal por buenos que sean los dirigentes. Pero también está claro que cuanta más libertad hay, más gente se dedica a mejorar su posición económica, a apropiarse de parte del excedente.
P. ¿El crecimiento económico es bueno en sí mismo?
R. Sí. Otro problema es cómo se reparte, y mucho más si la forma de repartir la riqueza frena o impulsa este crecimiento. Hay gente que se pregunta: ¿por qué tengo que estudiar medicina si después ganaré lo mismo que otros que no han hecho este esfuerzo? Pues bien, si optamos por un reparto igualitario, la gente no estudiará para mejorar, o sea, mucha redistribución de la riqueza puede ser desincentivadora y afectará negativamente al crecimiento.
P. La redistribución es cuestión de grados. Descartado un sistema plenamente igualitario, queda el modelo redistributivo de muchas economías europeas ¿Qué opina usted de este modelo?
R. En Europa hay demasiada redistribución, y de ahí el problema del paro. Para resolverlo se plantean recetas como la francesa, de reducir la semana laboral, lo que es un gran error.
P. Cuál es su receta para superar el paro?
R. Liberalizar más el mercado laboral, como en su día se liberalizó el mercado de los pisos de alquiler y ello incentivó la construcción de viviendas y la rehabilitación de los núcleos urbanos.
P. ¿Liberalizar quiere decir también reducir costes salariales?
R. No es una cuestión de costes. En Estados Unidos no hay paro; la tasa de desempleo está por debajo de la llamada tasa de paro natural, que es del 5%. Allí, si te despiden, cobras un subsidio mínimo y a las dos semanas tienes otro puesto de trabajo. La empresa de helados de la esquina despide a una persona y este empleado encuentra enseguida otro empleo. Esto no es precariedad laboral.
P. Sin embargo, en Estados Unidos no existe un sistema de subsidios para los parados como en Europa.
R. El problema del subsidio es que cuanto más cobras menos ganas tienes de encontrar un nuevo trabajo. Digamos que el modelo europeo es más solidario y el modelo americano es más libre.
P. ¿Cuál funciona mejor?
R. La evidencia empírica demuestra que para crear puestos de trabajo la economía americana es muy superior.
P. El euro exige una Europa sin inflación. ¿Es posible crecer sin inflación?
R. Crecimiento e inflación son cosas distintas, no tienen nada que ver. La inflación depende únicamente de la política monetaria. La teoría tradicional superada dice que sí la economía crece puede haber inflación, y, en cambio, si la economía va mal, no hay peligro de inflación. Es falso, claro, porque la inflación depende de la oferta monetaria. Yo he visto en algún país latinoamericano cómo un ministro le pedía a su presidente que pusiera a funcionar la máquina del banco central para pagar a los mineros y frenar una huelga.
P. ¿Cuál es, a su juicio, la causa de la falta de crecimiento y el atraso endémico de algunas zonas del planeta?
R. La respuesta cínica es que la causa es el calor. Si hacemos una regresión econométrica, veremos que la causa de la riqeza de un país es la distancia del Ecuador. Pero está claro que hace 2.000 años esto era al revés. Profundizando un poco más puede hablarse de que el atraso depende muchas veces de la eficacia de los gobernantes y de la escasa inversión en capital humano.
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