Las reservas de China en dólares crecen un 33% y la sitúan sólo por detrás de Japón
El Gobierno chino anunció ayer que sus reservas a finales de 1997 alcanzaron una cifra récord de 139.900 millones de dólares (equivalentes a más de 21,6 billones de pesetas), un 33% más que el año pasado), con lo que pasa a ocupar el segundo lugar mundial por este concepto detrás de Japón. El dato parece afianzar el compromiso, del viceprimer ministro chino, Zhu Rongji, según el cual China está interesada en actuar como un elemento "estabilizador" en medio de la zozobra de otras economías asiáticas y para ello se compromete a no devaluar su moneda, el yuan.
El gobernador del Banco central de China, Dai Xianglong, reafirmó ayer la promesa de que no habrá devaluación del yuan para ganar competitividad frente a los países vecinos, cuyas divisas han sufrido brutales depreciaciones. El viceprimer ministro Zhu Rongji, en una línea paralela, había asegurado que el yuan no se devaluará a corto plazo y que se ofrecerá apoyo a Hong Kong para que defienda su divisa.China se está convirtiendo dentro del marasmo económico asiático en un factor económico importante. Dai Xianglong calificó ayer la actitud china ante la crisis financiera como una "contribución" a la estabilidad en Asia, región que pese a las sacudidas financieras causadas por la volatilidad de los capitales continúa registrando la mayor actividad económica mundial.
El gobernador del Banco de China prevé que en 1998 el crecimiento de la economía alcanzará el 8% y que la inflación no superará el 5%. La estabilidad monetaria permitirá al país, según Dai Xianglong, consolidarse como segundo receptor mundial de inversión extranjera, sólo por detrás de Estados Unidos, pese a la fuerte atracción que pueden suponer países como Malaisia, Tailandia, Indonesia y Corea del Sur por la fuerte devaluación de sus monedas. El año pasado, la inversión real extranjera en China totalizó 43.000 millones de dólares (6,6 billones de pesetas).
Según las autoridades financieras del país, la clave para mantener en forma sus baremos macroeconómicos será conservar una política monetaria de control estrecho sobre el crédito para evitar que se amontonen los impagados. Actualmente, un 20% de los préstamos bancarios chinos se consideran dudosos y un 6% más están clasificados como incobrables. En 1998 el Gobierno destinará 50.000 millones de yuanes (más de 930.000 millones de pesetas) a eliminar los créditos incobrables, una cifra un 40% por encima de la prevista en 1997.
Impulsar el crecimiento
Sin embargo, pese a la existencia de estos riesgos en el sistema crediticio, el Estado parece no tener miedo a continuar invirtiendo, pues ha previsto aumentar su partida de préstamos en 1998 para este concepto. Así, se pasaría de los 820.000 millones de yuanes (unos 15,3 billones de pesetas) en inversiones del año pasado a 900.000 millones en 1998 (casi 17 billones de pesetas).Para mantener el nivel de crecimiento de su economía el Gobierno de Pekín cree que no hará falta devaluar el yuan (lo que abarataría y fomentaría sus exportaciones), como han tenido que hacer desde el pasado verano tailandeses, surcoreanos e indonesios.
China confla en mantenerse intacta en medio de la crisis con su propia política de mejora de competitividad. atracción de capitales extranjeros e incentivos a las empresas de alta tecnología. También quiere marcar ella misma el ritmo de una reforma liberalizadora que ha prometido, aunque sin marcarse todavía plazos ni constreñirse a dictados o programas que le impongan los organismos internacionales.
El viceprimer ministro,. Zhu Rongji, afirmó esta semana que 1997 fue el mejor año para la formación de la economía desde que comenzaron las reformas [...] El desarrollo económico saludable y continuado servirá de base para la prosperidad de Hong Kong", agregó Zhu Rongji, una personalidad en alza en la política del país y candidato firme a relevar desde marzo a Li Peng como primer ministro.
El director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, de gira por la región, visitará Pekín hoy antes de regresar a Washington, según confirmaron ayer medios diplomáticos en la capital china. Camdessus estará en Pekín cinco horas y se entrevistará con las principales autoridades económicas, incluidos el viceprimer ministro, Zhu Rongji, y el gobernador del banco central, Dai Xianglong.
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