'L'Unitá', histórico diario comunista, acepta capital privado para sobrevivir
Las subvenciones no frenan las pérdidas millonarias de la prensa de partido italiana
Pérdidas millonarias, caída en picado de las ventas. El fenómeno es común a toda la prensa de partido en Italia, y afecta a las publicaciones de todo el arco político con pocas excepciones, entre ellas la de La Padania, el diario de la secesionista Liga Norte. Mientras la mayoría de las cabeceras-Liberazione, Il Manifesto, incluidas- estudian durísimas reestructuraciones para sobrevivir y se aferran a los fondos del Estado desesperadamente, L'Unitá, antiguo diario del Partido Comunista Italiano, fundado por Antonio Gramsci en 1924, ha optado por aceptar capital privado.En la sociedad italiana casi nadie se ha rasgado las vestiduras por la decisión de los editores de L'Unitá. El periódico de hoy poco tiene que ver con el de los tiempos de Gramsci o de Palmiro Togliatti, en la medida en que el partido al que representa, el Partido Democrático de la Izquierda, la principal fuerza política en el Gobierno italiano de centro -izquierda -el ex director de L'Unitá Walter Veltroni es hoy vicepresidente y ministro de Cultura-, está a años luz también del viejo PCI. El PDS de hoy mima a los empresarios, cree en las leyes del mercado y está lejos de propiciar la lucha de clases. Probablemente lo más sorprendente de la venta del 75% de las acciones del periódico ex comunista a la financiera Asset, y a la Tosinvest, es que dos avezados empresarios como el constructor Alfio Marchini y la familia Angelucci -propietarios respectivamente de Asset y Tosinvest hayan encontrado rentable una inversión que ascenderá a casi 900 millones de pesetas. Están convencidos de que L'Unitá puede transformarse en un diario de calidad a la inglesa, como desea el líder del PDS, Massimo D'Alema.
De momento, no obstante, las cuentas están en números del más encendido rojo. Pese a las subvenciones embolsadas -unos 1.500 millones de pesetas en 1995, último año del que existen datos disponibles- el periódico de Gramsci cerró el ejercicio de 1996 con pérdidas de 1.000 millones de pesetas -las deudas globales ascienden a unos 1.700 millones de pesetas- Las ventas, que en 1994 eran de 186.000 ejemplare's, hancaído de forma imparable: en septiembre del año pasado se quedaron en 94.000 ejemplares.
El caso de L'Unitá dista mucho de ser único. Liberazione, por ejemplo, órgano del Partido de Refundación Comunista (los neocomunistas desgajados como el PDS del viejo tronco del PCI), ha optado ya por suprimir suplementos y páginas para afrontar una deuda de 900 millones de pesetas, además del despido de 40 redactores. Otro tanto puede decirse de Il Manifesto, propiedad de una cooperativa de izquierdas, o del Secolo d'Italia, el periódico de la derechista Alianza Nacional, que ha pasado de vender 35.000 ejemplares en 1995 a los escasos 18.000 actuales. "Si no fuera por el dinero del Estado tendríamos que cerrar", comentaba recientemente su director, Gennaro Malgieri.
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