"Jamás aceptaré una imposición del Gobierno central en nuestra política de seguridad"
Ayer, tras la muerte del concejal del PP José Ignacio Iruretagoyena, Juan María Atutxa aseguró que estos crímenes no se evitan poniendo un policía con cada concejal, sino con medidas o tics de autoprotección. Atutxa rechazó enérgicamente la propuesta de Manuel Fraga de que el Gobierno central intervenga en la seguridad del País Vasco.
Sentado en su despacho, antes del funeral de Iruretagoyena, Atutxa habla pudorosamente de "disgusto", pero la verdad es que está pasando por uno de los trances más amargos de su carrera. El terror y la muerte sacuden las filas de los concejales del Partido Popular, el miedo se extiende a muchos municipios de Euskadi... y todos los ojos miran a la Ertzaintza, la policía autónoma vasca. Algunos con desconfianza... Juan María Atutxa ha salido en su defensa, en apoyo de su eficacia y de su prestigio, convencido de que, detrás de las críticas, hay quienes desean su liquidación. Irene Villa, el pequeño Fabio Moreno, el ertzaina Doral, el policía Villar... Atutxa piensa y siente que, además de los concejales del PP, ETA se ha llevado entre sus garras muchos "gorriones". Pregunta. Los últimos asesinatos por ETA de concejales del PP han puesto en tela de juicio la política de seguridad del Gobierno vasco, la eficacia de la Ertzaintza. Algunos dirigentes políticos le han situado a usted en el punto de mira... ¿Cómo afronta estas críticas? Respuesta. Hay que empezar por precisar que no es la primera vez que nos encontramos en una situación como ésta. En principio, pudiera considerarse, si de una reacción de la sociedad se tratara, como una reacción lógica. Pero lo que sí entristece es que en situaciones de angustia, de dramatismo como las que se están viviendo a lo largo de estas horas, y como las que hemos vivido a lo largo de muchísimos años, surjan por ahí políticos, yo diría baratos, que tratan de arrimar el ascua a su sardina, aunque es absolutamente lícito que así se haga también. Todo el mundo arrima el ascua a su sardina, pero, en algunos casos, si se trata de políticos baratos, lo que hacen no es asar la sardina, sino de calcinarla... Y eso va a ir, primero, en perjuicio de la sociedad, de la sociedad a la que los políticos debemos servir permanentemente. Y, en segundo lugar, puede producirse también el efecto boomerang: que quien arrima el ascua a su sardina en circunstancias no idóneas, cuando se pretende única y exclusivamente sacar provecho de un río revuelto y de una sociedad angustiada, eso se volverá en contra de esos políticos baratos. Afortunadamente, son de mediana o de baja talla. Los políticos de más talla están manteniendo la serenidad y la calma. P. Pero quizá pueda calar el mensaje de que los concejales del PP, objetivo preferente de ETA en estos momentos, están siendo abandonados a su suerte por parte del Gobierno vasco... R. Lo que sí es cierto es que, en las manifestaciones que hemos podido escuchar en las últimas .horas, se afirma que sólo se puede realizar una policía integral y responsable de la seguridad de este país si se pone a un policía al lado de cada uno de los ciudadanos que en este momento están sometidos a un acoso feroz de los terroristas. Y no cabe la menor duda de que esos ciudadanos son los cargos públicos del Partido Popular. Trata de venderse a la sociedad por parte de algunos políticos, y de algunos tertulianos que parece ser que entienden de todo, la idea de que ésa es la solución. Y yo, sin pretender hacer agravios de ningún tipo, me hago la siguiente reflexión: ETA ha asesinado ya a cerca de un millar de personas. Todavía tenemos reciente en la mente y en el tiempo el asesinato de un policía nacional, Daniel Villar, en circunstancias muy similares a las del asesinato del señor Iruretagoyena... ¿Cabe entonces pensar que la solución para evitar que el policía nacional fuera asesinado por los terroristas era ponerle otro policía nacional a su lado? ¿O será mejor pensar que esta sociedad tiene el mismo enemigo, que es el terrorismo, y que todos debemos hacer causa común y que, por tanto, la panacea no puede ser poner un policía al lado de cada cargo público? Lo que sí es cierto, y doloroso, y tremendo, es que algunos políticos de pacotilla están haciendo llegar ese mensaje envenenado de que la Ertzaintza no está haciendo nada para preservar la seguridad de todos y cada uno de los ciudadanos, y, principalmente, en esta circunstancia, de los políticos del Partido Popular. Eso es una falsedad transmitida a la sociedad con la expresa y premeditada intención e engañarla. Pero la sociedad vasca tiene memoria y recuerda también el asesinato, igualmente doloroso, del ertzaina Montxo Doral... ¿Alguien se preguntó entonces por qué no se le había puesto un policía, otro compañero, a su lado? P. Entonces, ¿no se puede evitar que sigan cayendo los concejales del PP? R. Sí me pregunta usted si son evitables algunos asesinatos, yo le respondo que sí. ¿El de Iruretagoyena? Sí, se pudo evitar. Como se pudo evitar también el de Montxo Doral y el de Daniel Villar. Pero no poniendo un policía a su lado, sino con una simple mirada, con una simple revisión del vehículo, con un tic de autoprotección de unos y otros. . . Y si echamos la vista más atrás y contamos el número de militares asesinados, se podrá comprender que la solución tampoco era la de poner un policía al lado de cada militar... P. Pero algunas acusaciones han sido frontales, directas contra la pasividad de su departamento y de la Ertzaintza. R. No quiero entrar en juicios de valor. Lo que sí tengo muy claro es que no debemos dejarnos llevar, arrastrar, por los vaivenes de determinadas manifestaciones interesadas, que, lejos de animar, o de propiciar incluso (que toda sugerencia es aceptable), soluciones prácticas, lo único que están haciendo es desprestigiar a una institución reivindicada y recuperada por esta sociedad, profesionalizada, en vías de consolidación definitiva y, al mismo tiempo, abonando el caldo de cultivo que supone el rifi-rrafe entre los demócratas en favor de los que no creen en las reglas del juego de la democracia, es decir, de todos los violentos. P. ¿Incluye al presidente del PP en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, entre los políticos baratos que pescan en río revuelto? ¿Y al delegado del Gobierno? R. Bueno... Yo entiendo que el señor Iturgaiz tenga que ejercer la labor de jefe de filas para tranquilizar a su militancia y, cómo no, a los cargos del PP que, en este momento, insisto, se encuentran asediados por los terroristas. Quizá sea ésta la razón por la cual mira hacia el Departamento de Interior para que le resuelvan el problema, aunque también vuelvo a insistir en que lo considero un error. En cuanto al delegado del Gobierno, su actitud no merece siquiera perder ni un minuto en comentar sus declaraciones. Por lo demás, nosotros no creemos en la solución de "hombre con hombre", pero tampoco hacemos ni hemos hecho nunca la política del perro del hortelano, que ni come ni deja comer. Quiere esto decir que si viéramos que fuera necesario, este departamento haría lo necesario para obtener los medios, responder a esa necesidad. P. "Nos están matando como a gorriones...". La queja de Carlos Iturgaiz no puede ser más dramática... R. Sin duda. Pero yo le diría: ¿es que Irene Villa no cayó como un gorrión al que se le pisa entre la nieve para que no se pueda volver a levantar? ¿Y Fabio Moreno? ¿Es que ese niño de dos años no murió como un gorrión, o es que le dieron la oportunidad de guarecerse, de defenderse de la muerte? ¡Es que nos olvidamos de circunstancias terribles! ¿O es que sólo se están produciendo asesinatos ahora? P. Cala el mensaje de la ineficacia policial, de la falta de preparación de la Ertzaintza ante tantas muertes. ¿Admite, al menos, que la gente dude? R. Si entramos a valorar la acción policial, la eficacia en términos objetivos, tendríamos que reflexionar sobre los datos de las etapas anteriores. ¿Qué ocurrió en 1980, cuando ETA asesinó a 124 personas? ¿Es que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que no eran la Ertzaintza, estaban con las manos en los bolsillos? ¿Y eso merece el reproche a la profesionalidad de aquellas fuerzas? Eso responde a una circunstancia y a una fortaleza de la banda terrorista ETA. ¿Y qué decir de los años ochenta en los que ETA asesinó a una media de 35 personas por año? Nadie estaba de brazos cruzados. Pero tampoco estaba la Ertzaintza responsabilizada de la seguridad en el País Vasco. Seamos rigurosos con la historia. P. Apela usted a la historia... Y Manuel Fraga, a la posibilidad de recurrir a la Constitución para legitimar una eventual intervención del Gobierno del Estado en la seguridad del País Vasco. ¿Ve mala fe en esto? R. No quiero, no debo entrar en juicios de en el País Vasco. Pero la historia está viva y quien invoca ahora el artículo 155 de la Constitución sí tiene vinculaciones con épocas pasadas. Esa propuesta sólo es posible escucharla en boca de quien en el año 1977 fue capaz de decir que antes de que se legalizara la ikurriña tendrían que pasar por encima de su cadáver. Es posible que estas declaraciones de ahora las haya hecho tras haberse levantado de una siesta en la que probablemente haya soñado que todavía vivía saboreando las mieles de la dictadura... P. Las competencias del Gobierno vasco en materia de seguridad, ¿son para usted algo irrenunciable, algo que no se puede replantear en función de las actuales circunstancias? R. Sin duda alguna. Aunque yo tengo la seguridad de que por la mente de algunos políticos del PP pasa la idea clarísima de que si en este momento pudiera retrotraerse la situación, hoy Euskadi no tendría posibilidad de recuperación de su propia policía y de su propia competencia en materia de seguridad. Pero éste es un hecho que lo quiso la mayoría de este pueblo y lo refrendó la mayoría de la representación en el Congreso. Eso no impide que si nosotros nos viéramos en la necesidad de pedir ayuda tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, no le quepa la menor duda de que lo haríamos. Pero a lo que no estamos dispuestos es a que se vaya recuperando una parcela que corresponde competencialmente a la sociedad vasca por la vía del pregón y de la movilización de la sociedad agitada deliberadamente en momentos críticos y angustiosos... No aceptaré jamás que alguien decida por mí lo que hay que hacer y, ni mucho menos, me envíe una ayuda que yo no he solicitado. Jamás aceptaré una imposición del Gobierno central en nuestra política de seguridad. Quien la competencia la asume para ejercerla con todas las consecuencias, y eso es lo que estamos haciendo con nuestra mejor y más leal forma de hacer las cosas. P. Pero, en el caso de que el Gobierno de Aznar decidiera, finalmente, recurrir a la intervención en materia de seguridad, en sustitución del Gobierno autónomo, ¿qué haría usted? R. Me opondría rotundamente. Supondría tal barbaridad en lo político que no quiero ni empezar a pensar siquiera... Eso sería tanto como un abordaje, sería una barbaridad política. Sería considerarnos menores de edad a quienes estamos al frente de responsabilidades tan vidriosas y tan importantes como son la preservación de los derechos y libertades de todos los ciudadanos vascos, ¡de todos! Eso es tanto como colgar sobre nuestras espaldas la responsabilidad del derramamiento de sangre, y eso no estoy dispuesto a aceptarlo. P. ¿Qué consecuencias tendría para la lucha antiterrorista una confrontación entre el Ministerio del Interior y la Consejería de Interior del Gobierno vasco? R. Espero y deseo que las discrepancias no conduzcan a esa confrontación. Yo entiendo, quiero pensarlo así, que el ministro jamás estará por la labor de tomar medidas de esa naturaleza. Y, desde luego, yo me voy enfrentar con todas las consecuencias, siempre y cuando no se haya demostrado que es necesaria la implantación de tal o cual medida para la cual nosotros no podamos tener respuesta. Nosotros no diremos no a tal o cual medida si estamos convencidos de que con ello puede salvarse una vida o evitar que cualquier persona de esta sociedad esté viviendo momentos de angustia o de dramatismo. No se trata de decir que no porque sí. Nunca Atutxa va a decir que no caprichosamente. Atutxa va a decir no después de haber digerido las circunstancias y las soluciones. Y no lo hace desde esta mañana; es que lo viene haciendo desde que hace siete años asumió la responsabilidad que tiene. P. Detrás de las críticas a la Ertzaintza, a la actuación de usted, incluso, que había tenido hasta ahora un indudable crédito personal, ¿cree que pervive la desconfianza respecto a la ambigüedad del PNV en los temas de terrorismo? R. Sin duda... Hoy leía con estupefacción en un diario: "Si la Ertzaintza no es capaz... o no quiere...". Y yo digo. ¡En un editorial de un periódico! Eso me duele y me disgusta. Porque soy de las personas que piensan que un cargo público no tiene derecho a enfadarse, no puede enfadarse, pero sí a disgustarse. Y eso, para un padre de familia como yo, para un amante de su tierra y de su pueblo como yo, para un nacionalista convencido como yo, para una persona que está al frente de una grandísima responsabilidad como es la de en muchas ocasiones salvar vidas, el que le digan "si no puede o no quiere...". La primera la aceptaría, porque es una valoración crítica que puede hacerse. Pero la segunda me hiere profundamente. Porque mi entrega a esta causa, por la que lucho y trabajo, no se corresponde con esa vil acusación. P. ¿Ha echado de menos en estos días alguna manifestación pública de apoyo a su labor por parte del ministro del Interior? R. El ministro es persona que no entra nunca en polémica pública. Lo que ocurre es que gente que le rodea sí despierta la polémica. Pero él no entra. . . Y a mí me gustaría que él, siendo conocedor como ya lo es, dejara más claro públicamente que las soluciones milagrosas no existen. Me gustaría que intentara reconducir el mensaje, el pregón de sus propios conmilitantes. Pero, bueno, él sabrá por qué no lo hace. . P. Se lamentaba antes de hasta dónde ha podido llegar el sambenito de la ambigüedad del PNV. . . ¿Cómo asume usted la imagen de "nacionalista bueno" frente a la "perversidad" que se le adjudica a Arzalluz? R. No lo asumo porque me parece absurdo. Yo coincido básicamente con las ideas de Arzalluz, que es el presidente del PNV, mi partido, en el que milito disciplinadamente. Pero él tiene una responsabilidad y yo otras muy diferentes. Pero está claro que los dos somos nacionalistas sin fisuras; El dice cosas que pueden resultar incómodas según en qué circunstancias, según a quiénes. Y yo las comparto. P. ¿Comparte usted también su convicción de la necesidad de buscar una vía de diálogo con ETA, a pesar de todo? ¿Cree, como el obispo Setién, en la conveniencia de hablar con los terroristas incluso ahora? R. Por supuesto. Lo que ocurre es que ese convencimiento de buscar vías, atender a los guiños que se produzcan, no desdeñar cualquier posibilidad de acabar con esta lacra, no me aparta ni un milímetro de la aplicación de todas las medidas policiales que sean necesarias. P. Imagínese que hoy le enviaran un mensaje desde la máxima dirección de ese mundo violento para iniciar un diálogo con ETA. ¿Se pondría la chaqueta y acudiría a esa reunión? R. Atutxa jamás pondrá la huella de sus dedos en un documento que diga que haya que ceder al chantaje de los terroristas, sean quienes fueren. Pero si lo que quiere saber usted es si yo acudiría a reunirme con los dirigentes de ETA si tuviera la certeza de que con ello se iniciaba el principio del fin, no le quede la menor duda de que iría inmediatamente, a cualquier hora, cualquier día, en cualquier momento. Me levantaría para ir a esa reunión como si tuviera un resorte. No tengo hoy esa certeza de esa posibilidad. Pero, créame, si hubiera condiciones para ello y yo lo hiciera, la sociedad entera lo aprobaría, lo apoyaría."Fraga propone una intervención del Estado en el País Vasco soñando con la época en la que disfrutaba de las mieles de la dictadura" "Entristece que en momentos de angustia como los que vivimos surjan políticos baratos que traten de arrimar el ascua a su sardina" "¿Es que Irene Villa no cayó como un gorrión al que se le pisa entre la nieve? ¿Y el niño Fabio Moreno, que sólo tenía dos años?" "Arzalluz dice cosas que pueden resultar incómodas según en qué circunstancias, según a quiénes. Y yo las comparto" "Yo acudiría a reuniones con los dirigentes de ETA si tuviera la certeza de que con ello se iniciaba el principio del final"
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Juan María Atutxa
- Política nacional
- Declaraciones terrorismo
- Declaraciones prensa
- Presidencia Gobierno
- Orden público
- Policía autonómica
- Seguridad ciudadana
- Atentados mortales
- Política antiterrorista
- País Vasco
- Atentados terroristas
- PP
- Gobierno autonómico
- Partidos políticos
- Lucha antiterrorista
- ETA
- Política autonómica
- Policía
- Comunidades autónomas
- Gente
- Grupos terroristas
- Administración autonómica
- Fuerzas seguridad
- Terrorismo