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COMIENZA LA SEGUNDA VUELTA DE LA LIGA

"Capello me hizo madurar de golpe"

Guti confía en jugar esta noche su primer 'derby' y en poner difícil a Karembeu arrebatarle el puesto

, Hace un año, Fabio Capello cruzó una curiosa apuesta con un miembro de la plantilla del Madrid: "Voy a sacar partido de Guti". "Imposible", le replicó el jugador, "es una causa perdida". Ganó el italiano: José María Gutiérrez, Guti, de 21 años, es hoy un futbolista tan prometedor como interesante. Y el propio jugador señala a Capello como responsable: "Me hizo daño, pero también madurar de golpe". Esta noche, Guti juega su primer derby, su primer gran partido. Y quiere disfrutarlo. Tal vez por eso prefiere no reparar en las secuelas que la llegada de Karembeu puedan tener sobre su recién conquistada titularidad: "Karembeu, viene con mucho nombre, ha hecho mucho en el fútbol, pero se tiene que ganar el puesto. Yo voy a seguir entrando en el equipo".

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Guti es un privilegiado, uno de los pocos futbolistas de su generación que no fue devorado por los efectos de la inflación del mercado y la apertura drástica de fronteras. Un buen día, con tan sólo 18 años, se vio sorprendido por Jorge Valdano durante un entrenamiento: "Vas a ir convocado con el primer equipo. Tranquilo, esto es fútbol. La pelota es la misma".

Sus inicios, eso sí, fueron preocupantes. Tuvo gestos dentro y fuera del campo que invitaban al pesimismo. Tenía fútbol, no había duda pero le perdía un carácter difícil. Fabio Capello se lo corrigió el año pasado por las bravas, contra todo pronóstico. Se vistió de ogro, se puso la careta de enemigo de Guti, pero salvó su carrera: "Fabio me hacía mucho de rabiar. Siempre que podía me criticaba, estaba encima de mí. Pero me hizo madurar de golpe. No jugué mucho con él, me hizo daño, pero en el fondo me hizo mucho bien". Ahora, ¿quién lo iba a decir?, Guti se refiere a Capello, y para bien, en casi todas sus declaraciones. Por ejemplo, cuando trata de desmentir su etiqueta de futbolista blando en defensa. O cuando proclama la importancia que para un equipo grande tiene mantener su puerta a cero ("como decía Fabio, si aseguras el 0-0, por la calidad que acumulas arriba, acabas ganando").

Guti cree estar ya en el buen camino para el éxito. Sabe que tiene que mejorar "física y defensivamente", pero que nació con lo que no se aprende, "una gran visión de juego y una zurda muy buena". Le falta algo de gol, pero no le preocupa. Sobre todo porque -tal vez lo aprendió de Schuster, el espejo en el que siempre ha tratado de mirarse- es un devoto del pase: "Los que entienden de fútbol saben que más importante que un gol es su pase". Karembeu ha llegado. Y Guti puede verse perjudicado. Desde todos los rincones adjudican su puesto al francés. Pero Guti no quiere reparar en ello. Esta noche le toca disfrutar. Juega su primer derby y desea retener todas esas sensaciones especiales que hasta ahora sólo conocía de oídas. Y además, en el fondo, tal vez intuya que de "este partido dependa su futuro: "Yo me tengo que vender en el campo".

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