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El Ayuntamiento da por perdidos 35.000 millones en impuestos que no logra cobrar

Antonio Jiménez Barca

Si el Ayuntamiento cobrara mañana todo o, que le adeudan los ciudadanos morosos podría construir cuatro museos como el Guggenheim de Bilbao, que costó 22.000 millones de pesetas. En total, los madrileños debían al municipio a finales de 1996 alrededor de 100.000 millones de pesetas. A finales de 1997, según el concejal de Hacienda, Pedro Bujidos, esta cifra ha bajado a 90.000 millones. Con todo, hay 35.000 millones de deudas que el mismo Bujidos da por perdidos por ser "de muy difícil cobro". "No creo que veamos ese dinero nunca", se lamenta el concejal.

Estos 90.000 millones no cobrados son viejas deudas de los madrileños. En todo caso, de antes de 1996. Y más antiguas aún: los 35.000 millones de muy difícil cobro datan, la mayoría, de antes de 1990. La cifra total de impuestos impagados equivale casi a un tercio del presupuesto municipal para este año, que asciende a 297.000 millones. "Cada moroso", explica Bujidos, tiene una historia detrás". "Hay quien es un cara y se le intenta embargar sin éxito, y quien no paga porque se arruina y, por lo tanto, no queremos que venda la casa y dejarle en la calle", añade el concejal de Hacienda. Pero, además, a muchos de estos ciudadanos morosos resulta imposible localizarles. Han vendido la casa por la que debían haber cotizado y ahora el Ayuntamiento no sabe ni dónde mandarles la carta de apremio por impago reiterado de la contribución.

"Otros, en cambio, han vendido el negocio por el que debían pagar el impuesto de actividades económicas [lAE] y tampoco hay manera de encontrarles. De cualquier forma, el Ayuntamiento lleva tiempo realizando una auténtica labor detectivesca para que pague todo el mundo", añade el concejal.

De los 100.000 millones que debían los madrileños al término de 1996, 25.000 corresponden precisante a impagos del lAE; 20.000, al impuesto de bienes inmuebles (IBI); 10.000 los debían morosos del impuesto de vehículos de tracción mecánica; otros 10.000 eran reclamados a quienes habían usado sin pagar alguno de los servicios municipales (por ejemplo, el laboratorio); 5.000 los adeudaban empresas que gestionan estacionamientos de concesión y que no habían pagado el canon correspondiente; 18.000 eran deudas de impuestos desaparecidos, y los 12.000 millones restantes son de otras tasas.

Defensor del Pueblo

Por otra parte, el concejal de Hacienda se pronunció ayer sobre la decisión de la oficina del Defensor del Pueblo de investigar si el alcalde puede delegar en el edil de Hacienda la imposición de multas de tráfico. Esta oficina considera "fundarnentada" la denuncia que le ha elevado una asociación de automovilistas en la que alerta sobre la ilegalidad de las sanciones viarias impuestas por Bujidos desde 1995, fecha en que el regidor le delegó esa competencia.El responsable de las arcas municipales afirmó ayer que la decisión fue adoptada "con un informe jurídico del secretario del Ayuntamiento". Bujidos sostiene que, de la forma en que ahora procede el Ayuntamiento, "al ciudadano le queda más defensa, porque puede interponer un recurso de alzada ante el alcalde si no está de acuerdo con el concejal". El edil de Hacienda recordó también que la nueva ordenanza de Circulación, aprobada por el pleno el mes pasado, "ya regula este asunto". "De cualquier forma, y resuelva lo que resuelva el Defensor del Pueblo, éste es un asunto cuya última palabra pertenece a los tribunales", dijo.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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