Ex policías de Buenos Aires, acusados de profanar tumbas
La comunidad judía argentina expuso al Gobierno sus sospechas sobre la posible relación entre la última profanación de tumbas en un cementerio judío, ocurrida el miércoles, y el descontento de los ex jefes y oficiales de la policía de Buenos Aires por la reestructuración de esa fuerza, la mayor del país. "No descartamos que se trate de gente que ha sido separada de la policía bonaerense y que ha actuado en respuesta a nuestra labor de denuncia", dijo el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Rubén Beraja.
Beraja aludió a los hechos ocurridos en la noche del pasado miércoles, cuando unos desconocidos entraron en el cementerio judío de La Tablada, en el Gran Buenos Aires, y causaron destrozos en 40 tumbas, aunque no dejaron ninguna inscripción ni mensajes de carácter antisemita.
El año pasado por estas mismas fechas ocurrió un ataque similar contra otro cementario judío. El mayor atentado contra la comunidad judía argentina ocurrió en 1994, cuando una bomba colocada en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) causó 86 muertos.
En unas declaraciones en la Casa Rosada, sede del Gobierno argentino, a donde acudió para entrevistarse con el ministro del Interior, Carlos Corach, Beraja aseguró que seguirá bregando por la transparencia de los organismos responsables de la seguridad a pesar de las intimidaciones.
Barbarie
El dirigente judío destacó que su reunión con Corach tenía el objetivo de ratificar sus "sospechas" sobre la existencia de un vínculo entre los hechos ocurridos en el cementerio y la reforma de la policía bonaerense que está efectuando el gobernador de esa provincia, Eduardo Duhalde. Esta reforma ha generado una fuerte resistencia en varios sectores de los aparatos de seguridad.El ministro del Interior argentino condenó ayer el ataque al cementerio y lo definió como "un episodio desgraciado que revela la existencia de una barbarie latente que hay que reprimir". "Hay que encontrar a los responsables y castigarlos con severidad".
La profanación de tumbas es algo realmente inexplicable y peligroso para la sociedad. Esto no debe tomarse a la ligera", señaló el ministro.
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