Abuelos sin fronteras

En Toronto, entre las madres solteras que buscan un modelo maduro para su hijo o hija, se ha puesto en marcha un programa de Abuelos Voluntarios que está teniendo una gran acogida. "Mi hijo lee en los libros acerca de las abuelas y los abuelos, pero no los tiene en su propia vida", escribe una de las solicitantes.Inspirándome en esa idea, animo a los abuelos españoles para que estudien la posibilidad de ofrecer sus servicios poniendo en marcha la ONG Abuelos sin Fronteras (como Médicos sin Fronteras, Veterinarios sin Fronteras, etcétera). Quizá contribuiría a que se revalorizase su papel. Porque los abuelos son un verdadero tesoro para las familias. Prueba de ello es que en los países escandinavos y en Norteamérica, donde, a partir de cierta edad, lo habitual es que los abuelos sean recluidos en "casas de ancianos", lejos de los suyos, se ha comprobado el empobrecimiento que su ausencia supone para el hogar, y especialmente para los niños. Y es que en la familia todos tenemos nuestro puesto. También los abuelos.

Máxíme hoy día, en que el trabajo fuera de casa del padre y de la madre está obligando al redescubrimiento del papel de los abuelos, los cuales, aunque no sean los educadores de sus nietos -ese papel será siempre responsabilidad intrasferible de los padres-, sí serán colaboradores de primer orden en las tareas educativas y en la ayuda a las tareas de casa-