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El demente acusado de estrangular a una anciana mata a un preso en Carabanchel

Dos muertes a manos de un solo perturbado en un fin de semana. Iván José Fernández González, de 27 años, un esquizofrénico vecino de Alcorcón volvió a matar un día después de haber estrangulado a una anciana de 82 años, Valeriana de la Fuente García, el sábado en el hospital Clínico de Madrid. A las pocas horas de ingresar por orden judicial en la cárcel de Carabanchel, Iván agredió a dos presos y uno de ellos, Guillermo Merino Veloso, de 44 años, falleció como consecuencia de un puñetazo que el demente le propinó en la barbilla, según confirmaron fuentes penitenciarias.Iván había sido ingresado en la enfermería del centro penitenciario en una zona reservada para reclusos que padecen patologías graves y donde se supone que estaría vigilado para evitar un posible suicidio. En ese momento las instancias judiciales sólo habían determinado que podía atentar contra su propia vida y no contra la de los demás.

El domingo por la mañana, tras pasar una primera noche en la prisión, Iván se levantó y acudió a una habitación contigua donde empezó a agredir a otro preso. Éste pudo levantarse de la cama y huir. Iván se encaminó al pasillo y entró en la celda de Guillermo Merino al que golpeó en la cabeza. Bastó un par de puñetazos para que Merino quedase postrado en el suelo, ya sin vida. Según el parte de defunción, Merino falleció de "muerte súbita a causa de la violencia sufrida". Cuando acudieron los funcionarios de la cárcel, Iván Fernández negó su culpabilidad. Ahora Iván se halla ingresado en la enfermería pero ya atado y controlado permanentemente, una vez que se ha constatado su peligrosidad. Según fuentes penitenciarlas el preso fallecido se hallaba en Carabanchel tras haber disparado perdigones a los transeúntes desde una ventana.

Del historial de Iván Fernández cabe destacar que su familia llegó a indicar a la policía que trató de asfixiar a otro anciano durante el tiempo que permaneció ingresado en un centro de salud mental de Madrid, informa Luis F. Durán.

Tras el asesinato de Valeriana, al igual que después del de Merino, Iván no opuso resistencia a su detención. En el primer caso reconoció que estaba tomando una fuerte medicación debido a que estaba en tratamiento psiquiátrico y advirtió que no era la primera vez que perdía la memoria.

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