Rato descarta una amnistía fiscal para que aflore 'dinero negro' con el euro

No habrá perdón de impuestos cuando en los primeros seis meses del año 2002 deban cambiarse las pesetas por euros y aflorar el dinero negro. El vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, declaró ayer que se aplicará la ley que obliga a identificar los cambios de monedas superiores a 2,5 millones de pesetas. Tampoco habrá ayudas públicas para que las empresas adapten su contabilidad y sus sistemas informáticos. La posible desaparición del Mibor como referencia de las hipotecas a tipo variable no ha de crear "alarma" según Rato, ya que se sustituirá por un índice similar.

Rato presentó un documento elaborado por la conclusión para la introducción al euro, que ayer fue analizado por el Consejo de Ministros. El vicepresidente explicó que se trata de poner todo en marcha para "este momento histórico" que empezará el 1 de enero de 1999 y culminará el 1 de enero, del 2002, fecha en la que habrá seis meses más de plazo para cambiar las pesetas por euros.En ese momento, el dinero no declarado a Hacienda deberá pasar por ventanilla o bien buscar otras fórmulas para seguir en la opacidad. La cita es a fecha fija y en algunos sectores, como el imnobiliario o el mercado de arte, ya se detectan movimientos al respecto. Cabe también la posibilidad de cambiar a otras monedas, como el dólar, que no entrarán en el euro.

¿Habrá algún tipo de facilidad fiscal para que ese dinero negro se blanquee? El vicepresidente Rato dijo ayer claramente que no. Hay una ley sobre blanqueo de capitales, del año 1993, que se aplicará y que exige identificar a aquellos que quieran cambiar por encima de 2,5 millones de pesetas y a comunicar al Banco de España las operaciones superiores a cinco millones.

La implantación del euro afectará también a los créditos hipotecarios variables -unos 22 billones de pesetas- ya que el Banco de España dejará de publicar el principal índice de referencia actual, el Mibor, que, resulta del mercado de préstamos a un año entre entidades financieras. El gobernador del banco emisor, Luis Angel Rojo, advirtió del problema esta semana en el Congreso de los Diputados. Rato no comparte esta inquietud.

O bien la Administración publicará ese índice o bien se sustituirá por el euríbor, reflejo del mercado interbancario europeo. Por tanto, "no está justificada la alarma" ya que, además, no habrá obligación de modificar los contratos, según Rato. Otra cuestión es si el nuevo índice es aceptado por las partes.

El cambio a euros supondrá también para las empresas modificar su contabilidad así como adaptar sus sistemas informáticos, algo que puede ya comenzar en 1999. Rato descartó que se vayan a otorgar ayudas públicas con este fin.