El satélite 'Inspektor' sufre la maldición de la 'Mir'

La nave de carga Progress M-36 se despidió ayer de la estación orbital Mir, pero antes de desintegrarse en la atmósfera al caer hacia la tierra, efectuó su última misión: lanzar al espacio el satélite Inspektor, que en realidad es una cámara robot de fabricación alemana que estaba previsto que se utilizase para operaciones de control remoto de la futura estación internacional Alfa. Sin embargo, la maldición que parece perseguir a la Mir arrastró a este pequeño artilugio de poco menos de un metro de largo y 72 kilos de peso que, poco después de abandonar la Progress, perdió su orientación.La tripulación de la estación -formada por el norteamericano David Wolf y los rusos Pável Vinográdov y Anatoli Soloviov- decidió dar por perdido al Inspektor después de ver que era imposible dirigirle por control remoto desde la Mir y que podría amenazar la seguridad de ésta si llegaba a producirse un choque. El pequeño tamaño del satélite impedía, por otra parte, su manejo desde tierra.

La compleja cámara, cuyo funcionamiento en la estación Alfa estaba previsto para el año 2001, iba a intentar detectar los daños que, el pasado junio, causó en el módulo científico Spektr el violento choque con una nave de carga, en el peor accidente sufrido por la única estación orbital que existe, en sus más de 11 años de vida. Desde entonces, se ha producido una cadena de percances que han hecho temer por la supervivencia de la nave y de su tripulación.

La próxima semana llegará a la Mir una nueva nave de carga que sustituirá a la que ayer abandonó la estación. Por sugerencia de los tres cosmonautas, se han suspedido, al menos hasta enero, los paseos espaciales.