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Reportaje:

Los fogones del Tío Sam

Un recorrido por los restaurantes americanos que cumplen un cuarto de siglo de presencia en Madrid

Mientras Foster's Hollywood celebra su 25º aniversario y Planet Hollywood se prepara para abrir en marzo, la cocina norteamericana sigue ganando adeptos. El Foster's fue el primer bastión en España de la gastronomía estadounidense. Detrás han venido otros para colonizar los fogones madrileños a golpe de hamburguesa, ensalada de col y aros de cebolla.25 años de Foster's Hollywood. Foster's Hollywood (Magallanes, 1; 445 61 10. Apolonio Morales, 3; 345 10 36. Tamayo y Baus, 1; 531 51 15) ha cumplido su cuarto de siglo. Abrió por primera vez sus puertas en los setenta, cuando estaban en pleno funcionamiento las bases estadounidenses, y la hamburguesa sonaba a chino frente a la tortilla de patata. Cuatro socios norteamericanos, Anthony y Stephen Unger, Douglas Delfeld y Mark Browstein, se lanzaron a una aventura que hoy pervive y se ha convertido en un clásico. Actualmente han dejado de ser los propietarios; sin embargo, la morriña, que también parece ser que existe en Estados Unidos, les ha hecho regresar para ver qué pasó con aquel restaurante, el primero de los tres que hay en Madrid y que rompió la rutina.

Según Stephen Unger, hoy residente en Beverly Hills y dedicado junto a su padre al mundo del cine, "fue el primer restaurante americano que se abrió en esta ciudad, pero también en el resto de Europa" Mark Browstein, dedicado a las finanzas y al campo inmobiliario y entonces director en Estados Unidos de una cadena de restaurantes, hizo un viaje por el Viejo Continente para elegir la ciudad donde se fundaría el primer Hollywood. Madrid ganó. "La alegría que vi aquí", afirma Browstein, "no existía en ningún otro lugar. La gente salía mucho por la noche, reía, bebía y comía... ¿qué más podíamos pedir?". Además, la coyuntura económica y política favorecía la instalación de empresas norteamericanas.

Ellos son los responsables, al menos los primeros, de que los madrileños se aficionaran a los aros de cebolla -todavía uno de los clásicos de la casa-, las hamburguesas y el brownie, bizcocho de chocolate hoy universal. El local, adornado con una vieja cámara cinematográfica y pósteres de actores, también convirtió a Fosters Hollywood en el primer restaurante temático. El séptimo arte sigue siendo omnipresente en sus tres establecimientos.

"Por favor, no somos fast-food", recalca Unger. "En nuestro restaurante se servía comida americana sencilla y básica, pero no fast-food. La gente se sienta en la mesa, allí se le sirve, los platos son más elaborados, coloristas...". Porque no son hamburguesas todo lo que reluce en los fogones del Tío Sam. Eso intentó demostrar el chef Ed Reck recientemente en unas jornadas que, bajo el nombre de Sabores unidos de América, se celebraron en Madrid y donde se pudieron probar platos como la sopa de maíz y almejas, el gumbo de mariscos con arroz o la ensalada de berros y naranja.

El secreto de Alfredo's. Alfredo, un popular personaje en Madrid que no quiere confesar su apellido, es el propietario de Alfredo's Barbacoa (Juan Hurtado de Mendoza, 11; 354 16 39. Lagasca, 5; 576 62 71). Procedente de Nueva York y tras su paso por Tejas, llegó a Madrid y se quedó para reivindicar la mazorca de maíz hervida con mantequilla, la ensalada de col o las costillas. Inauguró su primer local en el año 1980, tras Foster's Hollywood. Fue el segundo restaurante norteamericano de Madrid, y sigue llenando sus dos locales de público español en un 95%. "A los madrileños", afirma, "les gusta esta cocina, sabrosa, suculenta y sencilla". También defiende la hamburguesa, "un plato muy desprestigiado por el fast-food, pero muy bueno si la carne es de calidad". Partiendo de una buena materia prima básica, en el sazonamiento está el secreto de las hamburguesas de Alfredo. La música country y el tipo que pasea por el comedor vestido de vaquero hacen el resto.

Colas en Hard Rock. Este restaurante (paseo de la Castellana, 2; 435 02 00) se ha convertido en otro gran clásico de yanquilandia. Inaugurado en 1994, sus paredes están llenas de incunables de ídolos del rock, desde un corpiño de cuero de Madonna hasta un traje de Elvis Presley o la guitarra de Jimmy Hendrix. En noviembre abre su gemelo en Barcelona. La hamburguesa es protagonista, con cinco variedades diferentes, entre ellas, una ideada por Linda McCartney, con champiñones, semillas, queso y especias. Un ambiente joven y animado, con música rock a todo volumen, provoca colas en la puerta. Su tarjeta Vip sólo da derecho a sentarse el primero en los 75 restaurantes Hard Rock del planeta.

Cenar en un vagón. Diner también es "auténticamente americano", aunque en un estilo muy diferente. Su nombre hace referencia a los restaurantes que se instalaron en Estados Unidos en los años cincuenta: situados en descampados o parcelas sin construir entre edificios, en realidad son vagones de tren convertidos en bares-restaurante. El acero inoxidable es también predominante en el Diner madrileño (Arturo Soria, 66; 368 14 11), un vagón de ferrocarril hecho en 1949 trasladado desde Nueva Jersey en barco y camiones. Junto a la típica carta americana, ofrecen cocina Creole de Nueva Orleans, con platos como el lomo de cerdo ahumado, la pasta negra con gambas o estupendos desayunos hacen las delicias de los clientes.

Las costillas de Tony Roma's. Tony Roma's (Génova, 17; 310 14 88. Federico Rubio y Gali, número 78; 311 1145. Centro comercial La Esquina del Bernabéu; 458 60 20) también se ha hecho un merecido hueco en el panorama madrileño. Sus famosas costillas a la miel o con salsa barbacoa son protagonistas en una cadena de locales franquiciados cuya primera sede nació en Nueva York en los cuarenta. Con ciertos toques tex-mex, ofrece, además de hamburguesas, losjalapeños rellenos de queso o guacamole.

Cócteles, en Friday's. El mismo sistema franquiciado sigue Friday's (Concha Espina, 3; 344 00 44) y con las mismas variables: música a todo volumen, platos coloristas, raciones abundantes y mucho tex-mex. En su barra preparan gran variedad de cócteles.

Sofisticación neoyorquina en Soho. Soho (Jorge Juan, 50; 577 89 73) se desmarca del resto. Con una decoración típicamente neoyorquina, a base de paredes de ladrillo visto y columnas de latón, ofrecen, junto al entrecó de 400 gramos con salsa Tennessee (a base de bourbon y frijoles negros), platos más sofisticados, como el solomillo con salsa de langosta o el pollo California, relleno de queso brie, ciruelas y envuelto en beicon. Pastas, carpaccios y tex-mex conforman la oferta de esta cadena italoalemana que, sin embargo, no posee ningún restaurante en Estados Unidos y tiene cinco repartidos por Europa.

En el futuro, Planet Hollywood. Pero el futuro también deparará sorpresas. El próximo marzo abrirá sus puertas el nuevo Planet Hollywood, que estará en la Galería del Prado, junto al hotel Palace. Astros del cine, como Silver Stallone, Bruce Willis o Arnold Schwarzeneger, están detrás de este negocio, que cotiza en la Bolsa de Nueva York y que cuenta con 55 restaurantes en todo el mundo, uno de ellos en Barcelona. Todo un espectáculo a golpe de hamburguesa con el tema del cine como eje central. "Que no nos confundan. Aunque los nombres son similares, Fosters Hollywood no tiene nada que ver con Planet Hollywood. Ellos hacen una gran puesta en escena y un gran negocio. Nuestro estilo es diferente", dice Hunger.

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