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UNIDOS CONTRA ETA

"¡Así, siempre, unidos!"

Más de 60.000 personas piden en San Sebastián unidad de los partidos frente a ETA

"Así, siempre unidos". Es el mensaje que la ciudadanía vasca lanzó ayer a los dirigentes que encabezaron la multitudinaria manifestación contra el último asesinato de ETA celebrada en San Sebastián y que congrego a más de 60.000 personas, según la estimación de la Guardia Municipal. El Gobierno vasco en pleno, nueve ministro! del Ejecutivo central y la plana mayor de los partidos vascos encabezaron una marcha en la que muchos ciudadanos aprovecharon esa gran presencia institucional para reclamar a la Mesa de Ajuria Enea "menos discusiones y más soluciones".El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, certificó en persona con esa respuesta ciudadana que el espíritu de Ermua "está más vivo que nunca".

La convocatoria realiza a por los partidos que conforman la Mesa de Ajuria Enea obtuvo un respaldo multitudinario, que se reflejó en las dos horas que tardó la cola de manifestación en realizar el trayecto de cuatro kilómetros que separaba el túnel del Antiguo de la Paloma de la Paz en Anoeta.

Miles de ciudadanos -la Ertzaintza aportó la cifra de 50.000- desfilaron tras las dos pancartas que encabezaban la marcha. La primera leyenda, con el lema "Bakea orain eta betirako" (Paz ahora y para siempre), fue portada por los miembros de la Mesa de Ajuria Enea: el lehendakari José Antonio Ardanza, Nicolás Redondo Terreros (PSOE), Carlos Garaikoetxea (EA), Xabier Arzalluz (PNV), Pablo Mosquera (UA), Carlos Iturgaiz (PP) y Javier Madrazo (IU) se manifestaron juntos, al igual que el vicepresidente del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, que no cesó de dirigirse a Ardanza. Éste, con la mirada al frente, muy serio, se limitó a escuchar sus palabras, inaudibles para el resto. Les seguían los corporativos municipales de Irún y Rentería, así como Juan Carlos Caso, hijo de José Luis Caso -el concejal del PP de Rentería asesinado por ETA el jueves-, portando una segunda pancarta con el lema "Bakea behar dugu" (Necesitamos la paz). Por detrás, un aluvión de ciudadanos.

La multitudinaria marcha silenciosa, sólo rota por gritos dirigidos a los máximos dirigentes de los partidos en los que les instaban a la unidad del bloque democrático -"no más discusiones, sí más soluciones" "unidad, unidad" o "así, siempre unidos"-, discurrió sin ningún contratiempo. En todo caso transcurrió jalonada durante todo el trayecto por miles de personas que colapsaron las aceras del centro de la ciudad y que se fueron incorporando a la cola de la manifestación.

Entre los asistentes se encontraban los ministros Mayor Oreja, Rafael Arias Salgado, Esperanza Aguirre, Isabel Tocino, Loyola de Palacio, Margarita Mariscal de Gante, José Manuel Romay Beccaria y Eduardo Serra, el Gobierno vasco en pleno, el defensor del pueblo Francisco Álvarez de Miranda, el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, el de La Rioja, Pedro Sanz, y el portavoz de CiU en el Congreso, Joaquín Molins, que se incorporó a la marcha en el tramo final, tras saludar efusivamente a Ardanza y Álvarez Cascos.

Cargos públicos llegados de todo el País Vasco y de comunidades vecinas se entremezclaron con los ciudadanos que salieron en masa a las calles para condenar el asesinato del concejal. En otras muchas ciudades españolas se reprodujeron manifestaciones de repulsa al último ataque etarra.

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Las juventudes de los partidos convocantes desplegaron en Donostia un cordón de seguridad, reforzado por una presencia policial muy discreta, que sólo tuvo problemas para contener a la masa de gente que se agolpaba en las calles aplaudiendo el paso de la manifestación y gritando de modo esporádico: "¡Euskadi bai, ETA ez!" (Euskadi sí, ETA no).

La comitiva, que salió a las cinco y diez de la tarde, desde el Antiguo, arribó a la Paloma de la Paz pasadas las seis y cuarto, mientras que la cola no lo hizo hasta las siete.

Tras aguardar a que todos los manifestantes llegaran a la Paloma en Amara, barrio que quedó colapsado por la marea humana, los representantes políticos comentaron en términos muy elogiosos la reacción social a una convocatoria realizada en apenas 24 horas.

El ministro del Interior declaró que "esta manifestación demuestra que el espíritu de Ermua está más vivo que nunca, porque no es coyuntural, sino una voluntad muy arraigada en la sociedad vasca". Su homólogo vasco, Juan María Atutxa, también se congratuló de la descomunal movilización, aunque precisó: "No me ha sorprendido porque la sociedad vasca está harta y ha venido a soltar un grito de basta ya a tanto sinsentido".

El lehendakari José Antonio Ardanza destacó la "fantástica" respuesta de la sociedad vasca y ensalzó que ésta saliera a la calle sin preparativos de convocatoria porque "actúa impulsada como por un resorte". Ardanza añadió: "La gente comparte una doble sensación de tristeza y rabia porque no queremos más muertes y, al mismo tiempo, con la enorme satisfacción de que esta sociedad responde como una sola persona".

El secretario Institucional del PSOE, Ramón Jáuregui, felicitó a la ciudadanía pero se preguntó: "¿Y mañana qué? Desgraciadamente hemos vivido otros momentos de unidad, pero los hemos olvidado demasiado pronto. Los partidos tenemos una gran responsabilidad para encauzar esta rebelión ciudadana".

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, ponderó la "respuesta pacífica y serena" de la ciudadanía frente a quienes recurren "al tiro en la nuca" para imponer sus tesis. Iturgaiz confesó impresionado a Tele 5 el comportamiento de Cascos: "Llevo muchas horas con el vicepresidente del Gobierno, junto a él. Le he visto la emoción y hemos llorado juntos".

En este contexto, el presidente del PNV, Xabier Arzalluz, declaró que ETA y los demócratas están en dos barricadas: los partidos militan en "una barricada democrática y civilizada en la que existen unas reglas de juego", en tanto que ETA camina por una senda de violencia que está "marcada por sus orígenes marxista-leninistas y pensada para el Tercer Mundo".

Carlos Garaikoetxea, presidente de EA, afirmó que no hay que desfallecer porque "la esperanza dará sus frutos" y constató que lo importante es confirmar la unidad que la mayoría hemos expresado hoy y que nunca se ha roto respecto a valores fundamentales, como la exigencia de respeto a la dignidad de las personas, a los derechos humanos y, sobre todo, a la vida".

El movimiento social por el diálogo y el acuerdo Elkarri no apoyó, sin embargo, esta convocatoria de todos los partidos políticos democráticos presentes en la Mesa de Ajuria Enea. Elkarri, que inicialmente sí se sumó a la manifestación programada por HB para ayer y que luego se aplazó, considera la marcha de los partidos democráticos una "operación política interesada".

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