_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

¿De qué dudan?

LOS PARTIDOS nacionalistas democráticos vascos debatían ayer su actitud ante el paro de dos horas y la manifestación convocados por los sindicatos ELA y LAB, además de Herri Batasuna, en protesta por la condena judicial de los 23 miembros de la dirección de ese partido. De entrada, el PNV había indicado, en el mismo documento en que criticaba la sentencia, que no apoyaría la huelga general de 24 horas que inicialmente había convocado HB. Esa postura era coherente con lo aprobado por los partidos democráticos reunidos en Ajuria Enea tras el asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco: "No podremos actuar conjuntamente en la defensa de ninguna causa, por legítima que en sí sea, con quienes con su palabra de apoyo o su silencio cobarde se han hecho cómplices de tan abominable asesinato". No hace ni una semana, ETA ha vuelto a intentar matar -y precisamente a una concejal- en un atentado frustrado por la intervención de un escolta, el cual ha perdido un ojo por los disparos de los terroristas. Herri Batasuna ha guardado el mismo silencio cobarde de julio.Si, pese a ello, existen dudas en el nacionalismo es porque la salida que ELA ha proporcionado a HB es, a su vez, coherente con la línea de tender puentes hacia los violentos desplegada por el PNV y EA en los últimos tiempos. Esa línea ha conducido, entre otras cosas, a apoyar la política de unidad de acción con LAB seguida por ELA. Este sindicato es consciente, según el documento interno que se conoció ayer, de que su postura es difícil de entender. Lo es sobre todo por las personas próximas a los ertzainas y funcionarios de prisiones afiliados a ELA asesinados por ETA en los últimos meses. El argumento para justificar ese pacto, asumido por al menos un sector del PNV, es que serviría para moderar a los radicales de LAB. Sin embargo, dos años después del inicio del experimento, el resultado más bien indica que ha sido el viejo sindicato nacionalista, nacido en 1911, el que ha adaptado su programa y su actitud a los planteamientos de los radicales: deslegitimación del Estatuto de Gernika y cuestionamiento de los principios de la Mesa de Ajuria Enea. Sobre todo, sustitución de la unidad de los demócratas frente a la imposición fascista por la unidad nacionalista entre demócratas y violentos.

Respaldar la movilización de HB, aunque sea con el subterfugio de que el paro será sólo de dos horas, significa colaborar con quienes consideran legítimo asesinar a concejales o ertzainas, quemar las sedes de los partidos, secuestrar a la gente y amenazar a todo el mundo, con la pretensión de que todo ello quede impune. Significa, en otras palabras, tomarse a beneficio de inventario lo acordado en el mes de julio y respaldado por la movilización de medio millón de vascos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_