La prolongación de O'Donnell hasta la M-40 estará abierta la próxima semana

Las dos rondas de circunvalación de Madrid, M-30 y M-40, estarán definitivamente unidas la semana próxima por la prolongación de la calle de O'Donnell, según los planes del Ministerio de Fomento. Las obras de este enlace, que incluyen un túnel y un nuevo acceso al aeropuerto de Barajas, concluyeron hace meses, pero permanecía cerrado para realizar un ramal con el barrio de Moratalaz, pedido por el Ayuntamiento de Madrid. Concluidos todos los trabajos, los vecinos de dicho barrio tendrán un acceso más fácil al centro de la ciudad para las compras navideñas.

Parece que el Ministerio de Fomento ha decidido pisar el acelerador y resolver antes de que concluya 1997 gran parte de las obras prometidas a los conductores madrileños. Hace apenas un mes anunció que antes de Navidad estará abierta la variante de Torrejón, poniendo fin así a las obras que contribuyen a colapsar cada mañana la carretera de Barcelona, y los últimos días ha colocado la señalización en la prolongación de O'Donnell. El nuevo enlace está preparado para su inauguración la próxima semana, tras concluir los trabajos realizados para conectar la nueva vía con el barrio de Moratalaz, una modificación en el proyecto inicial pedida por el Ayuntamiento de Madrid.La conexión de las dos rondas de circunvalación de Madrid por la prolongación de O'Donnell es vital para aliviar los continuos atascos que se producen en el nudo que enlaza la M-30 con la M-40 en el sur de la ciudad. Los trabajos han consistido en la construcción de una vía de tres kilómetros de largo que nace en el enlace de la calle de O'Donnell con la M-30, junto al Pirulí, y llega hasta la M-40, atravesando la avenida de Guadalajara.

La calzada tiene tres carriles por sentido de marcha y arcenes exteriores de casi dos metros y medio e interiores de un metro. La mediana dispone de nueve metros para facilitar, si el tráfico lo requiere, la ampliación con un carril adicional. El trazado discurre en gran parte paralelo a la pared del cementerio de la Almudena, tras pasar bajo el parque de la Elipa en un túnel de 600 metros.

El nuevo tramo, que será utilizado por 40.000 vehículos cada día, se empezó en julio de 1994 con una duración inicial de 17 meses y se ha llevado 2.482 millones de pesetas de los fondos de Fomento. A esa cantidad hay que añadir los 266 millones de pesetas que ha costado el ramal pedido por el Ayuntamiento de Madrid para facilitar la conexión de Moratalaz con el nuevo enlace.

Retraso

Ese ramal, un paso subterráneo de un solo carril, ha sido la causa del retraso que ha sufrido la apertura de la conexión entre las dos rondas de circunvalación. Los responsables de Fomento acogieron bien la propuesta del Ayuntamiento porque parecía lógico acometer ese ramal, una obra menor en el conjunto de los trabajos realizados, antes de abrir la calzada al tráfico. Esa conexión con el barrio de Moratalaz, una curva muy cerrada, se encuentra encajonada entre la tapia del cementerio de la Almudena y la prolongación de O'Donnell.Finalmente, los sucesivos retrasos han hecho que los vecinos de la zona, que contaban con poder transitar por la prolongación de O'Donnell a mediados de 1996, puedan dirigirse hacía la M-40 o el centro de la ciudad cuando faltan pocos días para 1998.

Las obras no desaparecerán de esta calle con la inauguración del enlace: el Ayuntamiento ha previsto un paso subterráneo perpendicular al que existe en el cruce con Doctor Esquerdo. El objetivo de esa nueva obra es absorber los atascos que el nuevo enlace creará previsiblemente junto al Pirulí.