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Irak obliga al jefe del Pentágono a retrasar una visita a Oriente Próximo

El secretario de Defensa norteamericano, William Cohen, retrasó ayer indefinidamente un viaje de seis días que tenía previsto realizar por Egipto, Jordania e Israel debido a la tensión por las inspecciones de la ONU en Irak y por la incertidumbre sobre el futuro de la misión de paz en Bosnia. Este inusual retraso es el segundo que tiene que realizar Cohen en un mes con motivo de la situación en Irak."Cuando se viaja, como ustedes saben, a veces es difícil establecer comunicación, en especial desde los aviones", comentó ayer Cohen. "Y cuando se hacen necesarias comunicaciones seguras, es una complicación no tener acceso directo".

El jefe del Pentágono señaló que quería estar disponible para consultas directas con el presidente Bill Clinton sobre Bosnia mientras la OTAN decide si se sustituyen y cómo los 31.000 efectivos de la fuerza de estabilización que cumplen mandato en junio. Cohen también hizo notar que EE UU ha concentrado una gran fuerza aérea y naval (20 barcos y 300 aviones) en el golfo Pérsico y que, aunque hay presión diplomática sobre Irak, se hace necesario resolver el planteamiento militar. "No puede continuar así indefinidamente", subrayó.

En Israel, donde Cohen pensaba estar a mediados de la próxima semana, los palestinos celebraron ayer, sin grandes manifestaciones de júbilo, el décimo aniversario de la Intifada, en el que no ha habido ningún acto oficial, informa Lino Ventosinos desde Jerusalén. La revuelta de las piedras que condujo a la apertura de un proceso de negociación con Israel no ha traído a los palestinos los logros que esperaban, y la situación en Gaza y Cisjordania no es muy distinta de la que se registraba en 1987. Aunque la tensión, diez años después, se ha reducido y se mantiene abierta la vía del diálogo, la desconfianza entre israelíes y palestinos aún es enorme. Además, nuevos chispazos surgen cada día y pueden desembocar en un nuevo enfrentamiento.

Censo palestino

El último de los choques entre el Gobierno israelí y la Autoridad Palestina (AP), que nació en el transcurso del proceso de paz para gobernar una autonomía de escasas competencias, se produjo ayer mismo a propósito de la realización de un censo entre los palestinos que viven en el este de Jerusalén, anexionado ilegalmente por Israel. El Gobierno de Benjamín Netanyahu, que invoca la letra de los acuerdos firmados, no está dispuesto a tolerar ninguna actividad de la AP en Jerusalén, y manifestó que hará todo lo posible para que el censo no se lleve a cabo. Ayer mismo desplegó a su policía para evitar que la Autoridad Palestina pudiera iniciar los trabajos.Netanyahu manifestó que es inaceptable que "un cuerpo extraño trate de socavar la soberanía del Estado de Israel", que a pesar de la falta de reconocimiento internacional considera a Jerusalén su "capital eterna e indivisible".

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