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España resucita ante Londres el acuerdo de 1987 sobre el aeropuerto del Peñon

El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, intentará hoy resucitar un viejo acuerdo entre Londres y Madrid sobre el uso civil y conjunto del aeropuerto de Gibraltar para desbloquear un conflicto que sigue amenazando la alianza de España y el Reino Unido en el seno de la OTAN. Matutes se entrevistará hoy con el ministro de Asuntos Exteriores británico, Robin Cook, que ayer hizo saber, a través de un portavoz del Foreign, Office, que no está dispuesto a aceptar ninguna propuesta de cosoberanía sobre el Peñón como la que ya planteó el Gobierno de José María Aznar al anterior Gobierno conservador británico.

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Matutes acude a Londres con el espíritu de mejorar y reforzar las relaciones hispano-británicas tras la tensiones registradas en torno a la aprobación de la nueva estructura de mandos de la OTAN. El Reino Unido retiró, en el último momento, sus objeciones a la existencia de un mando español, pero mantiene su reclamación de que sean eliminadas las restricciones aéreas y navales españolas sobre el aeropuerto y la base naval, antes de que el mando español, de la OTAN sea operativo.Fuentes diplomáticas españolas indicaron que un camino para buscar una solución a ese problema y abrir, de paso, nuevas vías de entendimiento con la población del Peñón sería la entrada en vigor del acuerdo suscrito hace diez años -el 2 de diciembre de 1987- entre los Gobiernos de Londres y Madrid para la utilización civil conjunta del aeropuerto del Peñón. El acuerdo, negociado entre el ministro de Asuntos Exteriores británico sir Geoffrey Howe y su homólogo español Francisco Fernández Ordóñez, liberalizaba el transporte aéreo en Europa y, pese a ello, fue vetado por las autoridades gibraltareñas.

La diplomacia española considera que el acuerdo sobre el aeropuerto, con la instalación de una segunda terminal, sería bueno tanto para el desarrollo turístico y económico del Peñón como para el Campo de Gibraltar que agrupa seis municipios gaditanos. Además permitiría levantar las restricciones sobre su uso militar, sin perjuicio de las respectivas posiciones sobre la soberanía del territorio donde está el aeropuerto, que España considera usurpado por estar fuera de los límites fijados por el Tratado de Utrecht.

El tema de la soberanía del Peñón, que es la cuestión básica que se dirime en las negociaciones, sigue siendo tabú para los británicos. El Foreign Office, en un comunicado oficial, rechazó ayer cualquier propuesta que se presente por parte española sobre la cosoberanía del Peñón, una fórmula ya puesta sobre la mesa por el ministro español Fernando Morán en 1986. Esta propuesta fue resucitada oficiosamente por el Gobierno de José María Aznar en los últimos días del Gobierno conservador británico y resultó rechazada formalmente por John Mayor en la Cámara de los Comunes. El pasado lunes el diario británico The Times especuló con que Matutes la resucitaría hoy ante Cook. La fórmula barajada por el actual Ejecutivo español está a medio camino entre Andorra y Hong-Kong. Cosoberanía como con el Principado de Andorra y retrocesión a España al cabo de un periodo inferior a 99 años, como en el caso de Hong-Kong.

El Foreign Office ha hecho saber que no ha visto ninguna propuesta española en ese sentido y que "rechazará cualquier solución que no sea aceptada por los habitantes gibraltareños". Esta advertencia, nada nueva, sirve también para la solución española del uso conjunto del aeropuerto.

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Matutes, en este sentido, ya ha advertido a las autoridades gibraltareñas que España no puede permanecer impasible, ante lo que considera una actitud obstruccionista en el diálogo entre Londres y Madrid. El Gobierno español está dispuesto adoptar medidas para acabar con el paraíso fiscal en que se ha convertido el Peñón, en el que se encuentran registradas 53.000 sociedades, muchas de ellas dedicadas al blanqueo de dinero.

Peter Caruana, ministro principal del Peñón, anunció ayer que no viajará a Londres dado que no se le reconoce como tercera parte en las negociaciones, y reiteró la voluntad de su Gobierno de cambiar el actual estatus colonial de Gibraltar, para convertirlo en un territorio británico como las islas del Canal. España se opone a cualquier cambio de situación de Gibraltar que no vaya en el sentido de las resolución 1514 de las Naciones Unidas, que considera esencial el principio de unidad nacional e integridad territorial.

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