A la espera de unos padres
"Con nuestros hogares pretendemos ofrecer a estos niños abandonados y enfermos una especie de familia, pero lo ideal es que encuentren unos padres adoptivos de verdad", explica Rodrigo Pérez, director de Mensajeros de la Paz en Madrid.Un objetivo difícil, ya que se trata de chavales con graves problemas de salud o de discapacidad, y pocos candidatos al acogimiento o la adopción desean o están preparados para hacerse cargo de ellos. Mientras, en estos dos hogares, 11 niños conviven con nueve educadoras. También hay voluntarios que colaboran sacando de paseo a los chiquillos los fines de semana. "En alguna ocasión algún voluntario se ha encariñado tanto con un chaval que se lo ha llevado en acogimiento", añade Pérez.
Carlos Lozano, el director de este proyecto, cree que un exceso de burocracia institucional dificulta a veces las adopciones.
"Como es lógico, las instituciones tienen que ver a quién le dan un niño en adopción, porque ya conocemos el tráfico de chavales que se daba hace años", explica.
"Pero quizá se exige una estabilidad económica excesiva para las parejas jóvenes de hoy día y, lo que es peor, se tramita todo con demasiada lentitud", añade.
A comienzos de 1995, el Ministerio de Asuntos Sociales y Mensajeros de la Paz organizaron la campaña Lo querrás más que un hijo para potenciar la adopción o el acogimiento familiar de 600 niños con características especiales tutelados por las diferentes comunidades autónomas. Se recibieron 14.000 llamadas y finalmente se formularon 776 peticiones de adopción.
Los niños enfermos de sida son los que consiguen padres adoptivos con mayor facilidad. Más difícil es encontrar personas dispuestas a abrir su hogar a chavales con síndrome de Down o parálisis cerebral.
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