_
_
_
_

Privatizaciones, una polémica esperanza

Por mucho que el presidente Borís Yeltsin presione a sus ministros, el problema de los atrasos salariales en Rusia es de muy difícil solución. En los nueve primeros meses de este año, la recaudación de impuestos ha estado por debajo del 50% de lo previsto en el presupuesto nacional y las privatizaciones de empresas estatales, que podrían aportar dinero fresco para paliar la situación, se hallan estancadas. Hace apenas unos días que fracasó la venta del 34% de la Compañía, Oriental de Petróleo porque sólo hubo un postor, y la nueva subasta no se celebrará hasta enero.En cuanto al gigante petrolero Rosneft, no parece probable que su privatización se produzca ya en este año a tiempo para que Yeltsin cumpla su promesa de pagar los sueldos atrasados.

Nemtsov dijo el miércoles que ambas subastas se efectuarán en un inconcreto "próximo futuro". En teoría, los casi 300.000 millones de pesetas que podrían obtenerse bastarían para que al menos el Estado pagase su parte de la deuda.

El vicejefe de Gobierno Nemtsov está tan obsesionado con el tema que incluso pidió el miércoles al gobernador de SverdIovsk, Eduard Rossel, que se ocupe de pagar los atrasos salariales en su región en lugar de poner obstáculos para el traslado desde Yekaterimburgo a Moscú de los huesos del zar Nicolás Il y su familia, asesinados durante la revolución soviética.En cuanto a las dos privatizaciones anteriores (de la telefónica Sviazinvest y de la productora de níquel Norilsk), están en el origen de la última crisis de Gobierno, que dejó tocados de ala a Chubáis y Nemtsov.

No sólo se discutió el resultado de la subasta, sino que una empresa cercana al banco que ganó las dos pujas, Oneximbank, pagó más de 13 millones de pesetas a Chubáis y a cada uno de los otros cuatro miembros de la peculiar unión de escritores por un libro dedicado al autobombo.

Mientras, medio país, sobre todo lejos de la capital, vive de promesas y de parches, de la solidaridad entre familiares y amigos, y de esperanzas continuamente defraudadas.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_