Moscú revela que la 'Mir' volvió a fallar el pasado sábado

El ordenador central de la Mir, instalado el pasado mes de octubre, debía en teoría haberse fabricado a prueba de bombas, pero la maldición que parece perseguir a la estación orbital rusa no permite a los astronautas ni un momento de respiro. Ayer se supo que el pasado sábado el cerebro de la nave volvió a fallar, apenas una semana después de ocurrido el último percance a bordo. Las autoridades espaciales rusas revelaron ayer que dos unidades del computador de la Mir tuvieron que ser reemplazadas con otras similares trasportadas también en octubre por la nave de carga Progress.

Si esa información, facilitada por el centro de control de vuelos, resulta correcta, ni la Mir ni su tripulación ruso -norteamericana estuvieron en ningún momento en peligro el sábado. Según los especialistas, el principal riesgo que se corre en un vuelo espacial cuando falla el computador estriba en . que se pierda la orientación. de la nave hacia el Sol: una correcta orientación es lo que permite que se carguen los paneles que fabrican la energía necesaria para el funcionamiento de la nave. En esos casos, se hace preciso desconectar cuanto antes los sistemas que no sean vitales. Pero, al parecer, en esta ocasión no, ha hecho falta llegar a tanto, ya que los cosmonautas estaban preparados de antemano para hacer frente al fallo.

Lo más probable es que no se realice ningún paseo espacial hasta enero. La larga cadena de percances, y los retrasos en el trabajo cotidiano que supone a bordo, son probablemente la causa principal de que el ingeniero Pável Vinográdov y el comandante Anatoli Soloviov aconsejen que se aplace el paseo espacial que debían efectuar el próximo 5 de diciembre. En opinión de los astronautas, antes de salir ellos al espacio debería repararse la escotilla exterior del módulo Kvant-2 para evitar la despresurización, así como probar y ajustar el sistema de reserva de aire.

El 17 de diciembre está previsto que la, Mir se despegue de la nave de carga Progress, para dejar sitio al acoplamiento de otra nave, que está previsto que se lance seis días después.