Policías de élite de México se amotinan para impedir la detención de 14 agentes

Los integrantes del Grupo de Intervenciones Especiales, agentes de élite de la capital mexicana conocidos popularmente como Zorros, se amotinaron a mediodía de ayer en su acuartelamiento para evitar el traslado de 14 compañeros que debían prestar declaración en relación al secuestro y asesinato de seis jóvenes ocurrido el pasado mes de septiembre, por el que están detenidos otros 26 policías y tres altos, mandos de las fuerzas de seguridad. Los hechos se desencadenaron cuando 200 miembros del Ejército, que está al mando de la seguridad pública en la Ciudad de México, ingresaron en el destacamento de los Zorros para llevarse a los agentes.

En ese momento, los miembros de la corporación, algunos de ellos cubiertos con pasamontañas, bloquearon con vehículos los accesos para impedir la salida de sus compañeros. A, primera hora de la tarde, el lugar había sido acordonado mientras los mandos policiales trataban de buscar una salida negociada.La reacción de los Zorros se produce un día después de que su jefe, el general José Ponce, fuera arrestado junto con otros dos altos mandos militares, responsables a su vez de otros dos grupos de seguridad implicados en los sucesos: los Jaguares y los Motopatrullas. La acusación que pesa sobre ellos es la de haber encubierto a los efectivos que participaron en la ejecución de los jóvenes.

Los militares que están bajo arresto, además del general de Brigada Lamberto Ponce Lara, son el comandante del Agrupamiento de Motopatrullas, coronel Jesús Alonso López, y el comandante del Agrupamiento Jaguares, teniente coronel Moctezuma Ilhuicamina Zepeda Rodríguez. Los tres se encuentran desde el miércoles en la Secretaría de la Defensa por ocultar información en relación al caso.

Conocimiento de los asesinatos

Según la fiscalía militar, los tres mandos tuvieron conocimiento de los hechos sucedidos en el operativo policial desarrollado el 8 de septiembre en la colonia Buenos Aires del Distrito Federal, y que desembocó en el presunto homicidio de los jóvenes detenidos, informa la agencia Efe. Miembros de los citados grupos de élite policial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) protagonizaron ese día un tiroteo en ese barrio, de alto nivel delictivo, y detuvieron a los seis jóvenes.El cuartel policial en el que se ha producido el motín, y donde ayer se vivió un clima de gran tensión, está situado en la vicealcaldía de Tlahuac, al sur del la Ciudad de México, a pocos kilómetros de donde fueron hallados los cadáveres de tres de los seis jóvenes que supuestamente fueron asesinados por elementos policiales.

El caso dividió a la opinión pública de la capital y abrió una profunda crisis en los cuerpos de seguridad, en un momento en que la delincuencia en la Ciudad de México se ha salido de todo control. Los seis jóvenes, que tenían antecedentes policiales, habían sido detenidos el 8 de septiembre en la conflictiva colonia Buenos Aires después de un tiroteo con agentes de paisano que causó la muerte a un civil y a un policía. Sus cuerpos fueron hallados en días posteriores con señales de tortura.

Las investigaciones llevaron a la detención de 26 policías y al desmantelamiento de los Jaguares. Algunos organismos de derechos humanos acusaron a los mandos militares de haber organizado "escuadrones de la muerte" para limpiar las áreas de mayor delincuencia. El general Enrique Salgado, responsable de la seguridad pública de la capital, rechazó este extremo.

Según la versión oficial, los agentes implicados viajaban en un autocar vestidos de civil para preparar algunos operativos que en ese entonces se desarrollaban periódicamente en la Buenos Aires. El autobús, como ocurre frecuentemente en esa zona, fue asaltado por un grupo de delincuentes. Los agentes reaccionaron de forma brutal y después del tiroteo se llevaron a los jóvenes sin informar a sus superiores.