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Bagdad tuvo un espía en Bonn durante la crisis del Golfo

Pilar Bonet

Sadam Husein consiguió importantes detalles de las operaciones aliadas durante la crisis del golfo Pérsico en 1990 gracias a un espía infiltrado en el Ministerio alemán de Exteriores, según el semanario Der Spiegel, que siembra serias dudas sobre el estricto manejo de material confidencial por los responsables de la diplomacia. Gracias al espía, Sadam pudo ver numerosos documentos, incluso la carta que el presidente George Bush envió al canciller Helmut Kohl en la que se informaba en el más absoluto secreto de las unidades que EE UU pensaba enviar a la zona y el borrador de la respuesta que el Ministerio preparó para Kohl. Der Spiegel ha revelado datos sobre el espionaje, en 1990, de Jürgen Mohammed Gietler, un secretario ministerial que aparentemente actuaba tanto por convicción religiosa (se había convertido al islam en El Cairo en 1982) como por el dinero que le proporcionaba su contacto de la Embajada de Irak en Bonn.Tras las revelaciones de Der Spiegel, el Ministerio de Exteriores ha confirmado la existencia del caso. En 1990, Gietler trabajaba en un archivo que se encargaba de catalogar documentos secretos. Tras la invasión de Kuwait por Irak, el funcionario suministró a Sadam el conjunto de las medidas políticas y militares de los aliados occidentales, según Der Spiegel. Gracias a Gietler, Bagdad estaba perfectamente informado de, todo lo que los aliados sabían sobre la capacidad militar de Sadam Husein y de lo que planeaban, según la sentencia del tribunal de Dusseldorf a la que ha tenido acceso el semanario.

Gietler fue condenado en mayo de 1991 por espionaje. La sentencia tiene carácter de secreto de Estado. El ex funcionario está en libertad desde 1994. En la actualidad, es empresario y se encuentra en Ghana.

Las actividades de Gietler habrían comenzado cuando el funcionario compartió unas salchichas con el agregado militar de la Embajada iraquí. Después vinieron los paquetes de documentos que Gietler se llevaba a casa, y abría al vapor, para devolverlos al día siguiente a su sitio, el duplicado de las llaves del archivo de la sección de Oriente Próximo que le hicieron en la Estación Central de Bonn y las reuniones con el general iraquí.

Como resultado de estas actividades, llegaron a Irak las estimaciones del Departamento de Estado norteamericano y las informaciones del Servicio de Espionaje alemán sobre el estado de las unidades de misiles de Irak. También llegaron las fotos de los misiles israelíes realizadas por satélites franceses.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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