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Un nuevo partido xenófobo danés confía en convertirse en la tercera fuerza del país

Los daneses acudieron ayer a las urnas en unas eleccciones municipales y regionales que dieron un gran espaldarazo al Partido del Pueblo Danés (PPD), una escisión del ultraderechista Partido del Progreso, que ha insuflado nuevos aires de xenofobia en la vida política del país nórdico. Una vez recontado un 38% de los sufragios, se constataba anoche la progresión del PPD, con más de un 6% de los votos y siete concejalías en el Ayuntamiento de Copenhague. El Partido del Progreso logró un 4,3% de los sufragios en los comicios de 1993.El Partido Socialdemócrata, en el poder, se mantenía anoche como primera fuerza política, con el 33% de los votos, seguido por el Partido Liberal, con un 27%. Ambos grupos mantienen sus resultados respecto a las anteriores elecciones.

En 1985, el viejo líder del Partido del Progreso danés, Mogens Glipstrup, fue a la cárcel por fraude fiscal y su desaparición de la política activa dio lugar a una lucha por sus sucesión que duró casi 10 años. Una de las expulsadas del partido, Pia Kjaersgaard, encabezó hace dos años la escisión que se concretó en la formación del Partido del Pueblo Danés. Kjaersgaard aseguró ayer que el PPD había logrado "un resultado fantástico". "Esto no es más que el principio; llegaremos más le . os en las elecciones generales", agregó.

Esta ama de casa de 50 años centró su campaña en la fobia a los extranjeros con el argumento de que "viven de la ayuda social" mientras se restringen las prestaciones para algunos daneses. En un reciente debate sobre el destino de unos cientos de somalíes cuyo retorno a casa se discutía en el Gobierno, Pia mostró propuso que los tiraran en paracaídas sobre territorio somalí.

Con algunas excepciones, la llamada clase política democrática ha reaccionado a la defensiva. Birte Weiss, ministra del Interior del Gobierno socialdemócrata de Poul Nyrup Rasmussen, fue sustituida hace una semana por el alcalde de Arhus, Thorkild Simonsen, partidario de una línea más dura y restrictiva con los extranjeros. El Partido Liberal, el mayor de la oposición, está dispuesto a aceptar la participación del PPD en un eventual Gobierno de centro-derecha, algo que tradicionalmente había sido descartado.

4,5% de extranjeros

Pese a que Dinamarca tiene un índice de paro de un 8% con tendencia a la baja y que el porcentaje de extranjeros es del 4,5% en una población de 5,2 millones, la propaganda de Pia parece haber caído en terreno abonado.La confirmación de estos primeros resultados en las municipales danesas haría que un nuevo partido que defiende restringir la inmigración viniera a dar fuerza a un fenómeno que, con algunos matices, ya se manifestó en las recientes elecciones generales de Noruega. En Suecia, si bien no existe un partido de esas características, los grupos neonazis desfilan por las calles de Estocolmo sin permiso y con la aparente benevolencia policial lanzando las viejas consignas de "Judíos y comunistas a la hoguera". En Finlandia, en cambio, casi no hay problemas de xenofobia, por la sencilla razón de que las puertas han permanecido siempre casi cerradas para los extranjeros.

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