El FBI confirma que la caída del 'jumbo' de TWA en Nueva York no se debió a un atentado
El FBI confirmó oficialmente ayer, a los 16 meses justos del accidente, que no ha encontrado el menor indicio de atentado o ataque contra el jumbo del vuelo 800 de la TWA que se estrelló en julio de 1996 al poco de despegar de Nueva York rumbo a París. Murieron 230 personas, entre ellas un joven español. El director de la investigación, James Kallstrom, envió una carta la semana pasada a las familias de las víctimas para que no les sorprendiera el anuncio de ayer. Pero la incógnita sigue. Aún no ha concluido otra investigación que intenta averiguar si algún problema mecánico provocó la explosión. Algunos miembros de las familias han dicho que tienen serias dudas sobre la seguridad de los Boeing 747 y que planean organizar una campaña para suspender el uso de estos aparatos.
La investigación criminal, que se inició horas después del accidente, ha sido una de las más exhaustivas de la historia del FBI: fueron entrevistadas más de 7.000 personas, se gastaron millones de dólares y se reconstruyó casi todo el avión en un hangar de Nueva York, colocando cuidadosamente cada pieza que recuperada del fondo del océano Atlántico.
Una de las teorías que más inquietó a los investigadores es la que defendía Pierre Salinger, el portavoz de la Casa Blanca durante el mandato de John F. Kennedy. Salinger mantenía que las fuerzas armadas de Estados Unidos realizaban cerca de Nueva York pruebas de misiles la misma noche del accidente, y que uno de los misiles alcanzó y derribó al avión de la TWA. Sin embargo, la persona que había proporcionado a Salinger las "pruebas" de su teoría pidió perdón la semana pasada y reconoció que se había inventado la historia.
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