El abogado de Roldán alega una enfermedad y logra aplazar el juicio

Todo estaba preparado para que las partes elevaran a definitivas sus conclusiones provisionales, pero Eugenio Rubio, el abogado de Luis Roldán, no compareció ayer ante el tribunal que juzga el caso. Tampoco envió a ningún otro letrado que le sustituyera. Rubio se limitó a remitir un certificado médico y así consiguió el aplazamiento de la vista hasta el próximo viernes. Los fiscales Daniel Campos y Alejandro Luzón, que tenían previsto intervenir en primer lugar, no pudieron evitar una sonrisa cuando el presidente informó a la sala de que el defensor del ex director general de la Guardia Civil había alegado "una enfermedad" para justificar su inasistencia.

Durante los cuatro meses y medio que van transcurridos desde que se inició, Rubio ha solicitado en varias ocasiones la suspensión de la vista aduciendo diferentes motivos. La última vez lo hizo el pasado 30 de octubre, cuando argumentó la incomparecencia como testigo de Francisco Paesa, precisamente el hombre que ocultó en 1994 y que controla ahora los 1.700 millones de pesetas que Roldán tenía escondidos en sus cuentas suizas, según han acreditado los peritos Conrado Pérez y María Luisa López.

Previsiblemente, Campos y Luzón mantendrán los 32 años de prisión que solicitaron inicialmente para Roldán. A su vez, Marcos García Montes, el letrado de la acusación popular, anunció ayer que retirará los cargos contra Blanca Rodríguez-Porto, la esposa del ex jefe de la Guardia Civil, y contra José Herminio Lastra, el único constructor que se ha sentado en el banquillo. Al concluir la instrucción de la causa, García Montes, que representa al empresario José María Ruiz-Mateos, renunció también al procesamiento de otros constructores que inicialmente habían sido encausados por la juez Ana Ferrer.

Muchos ausentes

Desde hace varios meses, en el banquillo de los acusados sólo se sientan Roldán, Jorge Esparza, su testaferro, y Elisa Rodríguez López, ex compañera sentimental. Los también procesados Blanca Rodríguez-Porto, Jorge Prieto Pardina, el general Manuel Llaneras y Agustín Blázquez no acuden a las sesiones por estar de baja médica y tener autorización del tribunal. Este último presentó la suya hace tres semanas. A Lastra se le permitió también dejar de asistir, ya que tenía que desplazarse a diario desde Valladolid hasta Madrid.Durante la sesión del pasado lunes, dos peritos calígrafos de la Guardia Civil presentaron un informe en el que aseguran que la firma de Prieto Pardina tiene rasgos similares a las que aparecían en numerosos talones firmados a nombre de Francisco Fernández Pacheco y José Carlos Azábal.

Pardina era el director de la sucursal madrileña del BBV en la que Roldán y otros procesados tenían sus cuentas. A nombre de Azábal, albañil en paro, y Pacheco, trabajador de una empresa de Alcobendas (Madrid), fueron endosados 150 millones en cheques de fondos reservados. Los elegidos sólo conocían a Roldán "por televisión" y sus firmas son distintas a las falsificadas presuntamente por Pardina.