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Tribuna
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Dos ciudades

Una cuestión capital para la cultura española es la relación que en el pasado y en el presente han mantenido y mantienen Madrid y Barcelona. En un país como el nuestro puede hablarse de una doble capitalidad en el terreno cultural. Existen naturalmente aportaciones de otras ciudades, pero la verdad es que casi todo lo que se hace en materia de edición de libros, teatro, cine, arquitectura, diseño, exposiciones de arte procede o bien de Barcelona o bien de Madrid.El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona ha tenido la brillante iniciativa de montar, en colaboración con la Comunidad de Madrid, una interesantísima exposición que narra la historia de las relaciones entre las dos ciudades a lo largo del último siglo. Su comisario, Xavier Bru de Sala, ha subtitulado esta muestra, que narra el intercambio cultural entre Madrid y Barcelona, con dos palabras que resumen muy bien la historia de las relaciones: "sintonías y distancias".

Se ha dicho a veces, en frase demasiado manida para mi gusto, que las dos grandes ciudades españolas mantienen una relación de amor-odio. No sé si los dos sentimientos resultan excesivos para pintar el estado de ánimo de dos grandes colectividades. Rivalidad sí hay, y no necesariamente la "eterna" que vemos en el fútbol y que da lugar a veces al cruce de groseros insultos. Ha habido, y quizá hay aún, una cierta arraigada y, a mi juicio, saludable rivalidad entre Madrid y Barcelona y Barcelona y Madrid, que ha servido para estimularlas a ambas en la creación cultural.

En esta exposición no se habla propiamente de política. Se habla más bien de la obra de los intelectuales de una y otra ciudad, de sus concepciones, cerca de la cultura, de los planes urbanísticos y de la arquitectura que se ha venido haciendo en cada una de ellas, de las maravillosas obras de arte que el visitante podrá contemplar. De un conjunto, en fin, hecho de rivalidad y de colaboración que nos hace comprender nuestro pasado cultural y enriquece nuestro presente.

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