El fundador de la fórmula 1 hace trepidar a los Comunes

Por su diminuta estatura y férreo carácter, a Bernie Ecclestone se le conoce en el mundo del automovilismo como Napoleón, y el mote difícilmente podría ser más adecuado si se habla del impacto que ha provocado en el mundo británico. Este multimillonario empresario y fundador de fórmula 1 es el hombre que involuntariamente ha puesto a Tony Blair contra las cuerdas tras donar al Partido Laborista un millón de libras (245 millones de pesetas, al cambio actual).A Ecclestone, de 67 años, se le atribuye la transformación de un deporte de ricos en un negocio multimillonario que crece cada año. Poco conocido más allá de las pistas, los grandes bancos y los círculos de los pilotos y fábricas automovilísticas de los coches más veloces del mundo, Ecclestone es un personaje bastante familiarizado con la política inglesa. Se asegura que durante los 18 años de Gobierno conservador donó fondos a los tories.

Ecclestone, un corredor que abandonó su carrera tras un accidente a comienzos de la década de los sesenta, construyó su fortuna como vendedor de coches y motocieletas en Kent (al sur de Londres). Pero fue su incursión en el mundo de la competición internacional lo que le catapultó a la fama y atrajo el interés de inversionistas. Hoy es presidente de la Asociación de Constructores de Fórmula 1 y vicepresidente de la Federación Internacional de Automovilismo. Posee los derechos de transmisión por televisión del Campeonato mundial de F-1.

Su llegada al mundo de fórmula 1 impuso un régimen de alta competividad y férrea administración. Su poder es indiscutible. Es él quien decide los calendarios tras lucrativos contratos con los promotores y las cadenas de televisión. Tiene una fortuna que ronda los 1.000 millones de libras. Está casado con una ex modelo croata.