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Un quiosquero muere en el puesto abandonado en el que vivía

El cadáver de un vecino de Torrejón de Ardoz, F. P., de 48 años de edad, que vivía desde hace años en su puesto de periódicos, en un cubo metálico de una decena de metros cuadrados en medio de la plaza del Progreso, fue descubierto ayer por los vecinos. Llevaba varios días muerto.

El cuerpo no presentaba signos de violencia, por lo que la primera hipótesis es que el fallecimiento se debió a causas naturales, según explicaron ayer fuentes policiales.

Las mismas fuentes aventuraron que el fallecido llevaba allí varios días sin que nadie hubiese notado su ausencia. El hombre, que era diabético, no utilizaba el puesto para vender periódicos y revistas desde hace varios años, pero lo conservaba porque, desde que se separó de su mujer, lo usaba como residencia, según explicaron algunos vecinos del barrio.

Fueron los residentes del barrio los que alertaron a las autoridades locales al percatarse del fuerte olor que desprendía el quiosco. Ayer a primera hora de la mañana, tras abrir la puerta del puesto metálico, cuyos escaparates estaban totalmente vacíos, los agentes encontraron el cadáver.

El quiosco fue precintado a la espera de que la autopsia aclare la causa concreta de la muerte.

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